Cómo abrir una cuenta bancaria conjunta: ventajas y desventajas
Es posible abrir una cuenta bancaria conjunta entre dos personas o una cuenta bancaria en pareja: ¿En qué te beneficia y en qué te perjudica?
Las cuentas comunes son muy frecuentes: cuentas para gastos en común entre compañeros de piso, cuentas familiares, cuentas para parejas... Normalmente se trata de cuentas bancarias que dan el mismo rol a todas las partes, de forma que cada uno de sus titulares puede mover dinero a su antojo. ¿Cómo funciona una cuenta bancaria conjunta y cuáles son sus ventajas?
Cómo funciona una cuenta bancaria conjunta
MÁS
Tal y como recuerda BBVA, la titularidad de una cuenta corriente identifica legalmente al propietario de los fondos depositados en ella y, para decidir el tipo de titularidad que más te conviene, es necesario conocer ciertos conceptos previamente:
- Una modalidad es la de cuenta corriente indistinta, en la que varios titulares pueden disponer del dinero con una sola firma. Es decir, no hace falta que firmen todos los titulares cada vez que se lleve a cabo una operación.
- Si se quiere controlar más cada movimiento, existe la llamada cuenta corriente conjunta o mancomunada, en la que todos los titulares deben firmar cuando se lleve a cabo un movimiento.
- Un tercer modelo es el de cuenta corriente con titularidad subordinada, en la que se establecen diferentes niveles según se necesite la firma de superiores o no.
Por tanto, la primera decisión consiste en aclarar qué tipo de cuenta queremos y, por tanto, qué tipo de permisos queremos que tengan sus usuarios. Cada una de ellas (cuenta indistinta, conjunta o subordinada) trae de la mano diferentes efectos jurídicos. Por ejemplo, según la entidad, las cuentas de titularidad indistinta son las que más problemas suelen generar.
Para tomar una decisión formada, conviene conocer los tipos de relaciones jurídicas que se generan cuando creamos una cuenta conjunta:
- Se genera una relación jurídica entre los titulares y el banco. Esta relación viene establecida con la firma del contrato de cuenta corriente, ya que surgen unos derechos y deberes entre los titulares y la entidad financiera.
- Se genera una relación jurídica entre los diversos titulares. Los titulares estarán vinculados jurídicamente entre sí y con el dinero ingresado y propiedad de los fondos y las deudas contraídas.
- Se genera una relación jurídica entre los titulares y terceros. Por ejemplo, Hacienda. Es posible que se embargue una cuenta de la que varias personas son titulares.
En cualquier caso, dado que en estas cuentas hay varios titulares, cabe recordar que ser titular significa ser propietario del dinero que hay en la cuenta. Cuando existen varios titulares en una misma cuenta, Hacienda entiende que cada uno de ellos es dueño de los fondos de forma proporcional, a no ser que se justifique otro reparto.
Además, existe la posibilidad de que una cuenta tenga, además de uno o varios titulares, una o varias personas autorizadas. Éstas no se considerarán titulares de la cuenta ni dueñas del dinero, pero sí podrán realizar algunas operaciones. A las personas autorizadas no les afectarán las obligaciones fiscales de los titulares.
Por último, cuando la cuenta pertenece a una persona jurídica, se considerará cuenta individual. En estos casos, los apoderados serán las personas físicas que pueden firmar para llevar a cabo operaciones, pero no serán titulares de los fondos: la persona titular sería la empresa.
Ventajas e inconvenientes de las cuentas conjuntas
Las cuentas conjuntas son muy útiles para repartir gastos comunes, por ejemplo, relacionados con la convivencia. Una de sus grandes ventajas consiste precisamente en que distintas personas interesadas en utilizar esos fondos puedan disponer de ellos sin el permiso del resto (en caso de que la cuenta sea indistinta), aunque es necesario confiar en el resto de usuarios para evitar disgustos.
Sin embargo, estas cuentas pueden generar inconvenientes cuando toca cerrarlas: a veces es necesario que acudan todos los titulares a la firma, aunque muchas entidades no exigen que la firma tenga que llevarse a cabo a la vez e incluso permiten que se firme de forma digital.
Otro problema puede ser cómo repartir el dinero restante. Lo normal será que todas las partes hayan acordado de qué forma operar, pero las rencillas pueden surgir en este punto cuando la aportación ha sido desigual.
En el caso de las parejas, la situación puede ser peor cuando se produce un divorcio o separación, ya que habrá que decidir cómo se reparte el saldo restante, tanto si la pareja estaba casada en régimen de separación de bienes como si lo estaba en régimen de gananciales. Por eso se recomienda que la cuenta conjunta se use solo para los pagos cotidianos y que cada parte mantenga su cuenta propia, en la que recibir su salario y ahorrar.