Germán tiene 93 años y para poder sacar dinero necesita desplazarse desde Vilarmaior hasta Miño, un trayecto de algo más de 8 km. Tiene que ir a Miño en taxi, 20 euros cada vez que va. En los últimos años Galicia ha pasado de tener algo más de 2500 oficinas a quedarse solo con 1190.
Cada vez hay menos cajeros y más población envejecida. Los ancianos son un sector de la población con importantes problemas a la hora de manejarse con tarjeta de crédito. Los jubilados no están al día con Internet y la gente necesita un banco que les atienda, demandan los vecinos.
En Campo Lameiro, Pontevedra, se ha anunciado el cierre de la única oficina bancaria de todo el pueblo para el próximo 8 de septiembre. Un cierre que ha generado mucha indignación entre sus 1800 vecinos.
Más del 50% son personas mayores de 60 años, que a principio de mes acude al banco a retirar su pensión en efectivo. Carlos Castro, alcalde Campo Lameiro, comenta: "Vienes a cobrar la pensión y vas a la peluquería, al super, a la farmacia... si nos sacan la sucursal quedaremos sin ese círculo económico".
Con 1,3 millones de personas en situación vulnerable en el acceso a efectivo, la España vaciada se conjura antes de que más oficinas bancarias cierren la puerta de manera definitiva.