La venta de tintes ha aumentado exponencialmente desde que están cerradas las peluquerías. Hay quien lo hace con más éxito, y quien no consigue dejar su cabellera como desearía. Pero el caso es que casi todo el mundo lo intenta. Eso, y cortarse el pelo, aunque en esta última circunstancia lo mejor es recibir ayuda de alguien. En la mayoría de los casos son ellas las que ayudan a sus maridos o novios a cortarse el pelo, y casi nunca es al revés. Es una de las consecuencias del coronavirus. "Es negativo todo tengo las raíces". Muchos dicen que es lo peor del confinamiento. En la última semana las ventas de tintes han subido un 90%. Mucha gente tira de lo que hay en casa. El me lo corta mi mujer, es común, siempre que no asustemos a nuestros vecinos.
Otro efecto del coronavirus es lo que ya ha dejado de ser una percepción. La cesta de la compra es más cara. Los productos frescos se han ido encareciendo a lo largo del confinamiento, sobre todo en la fruta y en el pescado. La fuerte demanda puede justificar en parte la subida. Los comerciantes aseguran que ellos venden más caro porque también lo compran más caro. Lo cierto es que hay subidas de precios y 8 de cada 10 consumidores lo corroboran. Al final la factura es más abultada porque además han desaparecido las ofertas de los supermercados, justo cuando hacemos más gasto en alimentación porque todo el consumo se hace en casa. Hasta el punto de que el super ha arrebatado 1.600 millones de facturación a la hostelería.