Los consejos de administración de CaixaBank y Bankia han finalizado la reunión con el visto bueno al Acuerdo Común de Fusión, que dará como resultado a la entidad más grande de España.
La celebración de la reunión de los respectivos consejos de administración por fin ha llegado este jueves después de que los trabajos de la fase de intercambio de información, en la que se analizaron a fondo los números de cada entidad, se prolongaran tras encontrarse ciertas divergencias, entre otros factores, por la ecuación de canje.
Si ya de por sí la ecuación de canje es un asunto espinoso de acordar en una operación de estas características, en esta ocasión tenía un interés adicional, ya que Criteria no debía bajar del umbral del 30% en el accionariado del grupo resultante para que la Fundación 'La Caixa' no perdiera ventajas fiscales, un requisito que además está incluido en un protocolo interno y cuya ruptura implicaría la asunción de una serie de costes. Además, el FROB solicitaba, al menos, una prima del 20% sobre la cotización de Bankia.
También ha sido de debate la composición del nuevo consejo de administración. Según informaron a Europa Press en fuentes de la negociación, el Estado, a través del FROB tendrá con toda probabilidad presencia en el consejo de administración de la entidad resultante de la integración de Bankia en CaixaBank, que se prevé que esté formado por un total de 15 miembros.
Todo ello impidió que los órganos de administración se reunieran el pasado domingo, como se barajó inicialmente, por lo que ambas entidades convenieron en posponer hasta ahora la convocatoria, una vez las conversaciones fueron encauzadas y los detalles de la operación estaban prácticamente cerrados.
El inicio de las negociaciones arrancó de forma discreta antes de verano, tras ser autorizado por ambos consejos, que para su asesoramiento contrataron a bancos de inversión (Morgan Stanley en el caso de CaixaBank y Rotschild en el de Bankia), consultoras (Deloitte y EY, respectivamente) y asesores legales (Uría Menéndez y Garrigues, respectivamente).
La reunión de hoy da el pistoletazo de salida a una operación que creará un grupo con activos por importe de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia), lo que propiciaría significativas sinergias.
A continuación, en una nueva reunión de los consejos de administración se convocarán las juntas extraordinarias de accionistas. Dicha convocatoria debe hacerse con, al menos, un mes de antelación, por lo que en el mejor de los casos los accionistas darían su visto bueno a la operación a finales de octubre.