Cuando hablamos de bitcoin nos estamos refiriendo a una de las llamadas criptodivisas o criptomonedas y, con ello, nos adentramos en el mundo de la tecnología blockchain o de cadena de bloques. Se trata de términos íntimamente relacionados con el mundo de la inversión y ciertamente complejos: invertir en bitcoin o en cualquier otra criptomoneda no es para todo el mundo y es básico conocer su funcionamiento antes de lanzarse. ¿Qué es bitcoin y cómo funciona esta criptomoneda? ¿En qué consiste el procedimiento de minar y cómo hacerlo?
La tecnología blockchain o cadena de bloques sirve como sistema de control y seguridad para las criptomoneda o criptodivisas (concepto que procede del inglés, ‘cryptocurrency'). Estas últimas se definen como divisas alternativas o monedas digitales que utilizan criptografía fuerte (es decir, altamente resistente al criptoanálisis y, en principio, casi imposible de descifrar) para proteger las transacciones que se realizan con ellas, así como para verificarlas. Bitcoin es, quizás, la más conocida criptomoneda que existe, aunque existen alternativas en el mercado de criptodivisas.
Estas monedas, en general, no se encuentran reguladas y no se consideran ‘dinero' a efectos legales, al menos por ahora y en el caso de España. La justicia europea considera, desde una sentencia dictada en 2015 en relación, precisamente, a bitcoin, que nos encontramos ante un medio de pago (aunque no regulado), criterio que se sigue también en nuestro país pero que sigue dejando fuera la posibilidad de considerarlas dinero. Algunos países, como Estados Unidos o Suiza, ya cuentan con una regulación específica que reconoce este tipo de monedas como medio de pago.
Además, en torno a las criptomonedas circula la posibilidad de utilizarlas como medio de blanqueo de capitales: el anonimato que caracteriza estas transacciones (ya que se trata de un medio de pago descentralizado y sin autoridad que se responsabilice de las transacciones) y la rapidez con la que estas transacciones se producen alimentan esta posibilidad. También lo complicado de desencriptarlas y el elemento internacional de estos movimientos.
Por ejemplo, es posible transferir dinero fruto de una actividad ilegal a una empresa de intercambio de criptomoneda, canjeando así dinero oficial por dinero virtual no regulado. También puede recibirse criptomoneda como forma de pago e incluso retirar o comprar monedas virtuales en metálico a través de un cajero automático que, al igual que ocurre con los cajeros tradicionales, permite cambiar dinero en efectivo por una criptodivisa y viceversa.
En cuanto a cómo minar bitcoins, para comprender el funcionamiento de esta criptomoneda hay que adentrarse en la tecnología blockchain, cuya lógica se encuentra en algo tan universal como es la necesidad de verificar la identidad de algo. Para ello, tradicionalmente existen terceros o medios que sirven como prueba oficial de su ‘veracidad’, ya sea como personas, como operaciones, como datos... Un ejemplo es nuestro DNI, o una firma electrónica.
Es en este contexto en el que surge la tecnología blockchain como alternativa al uso de intermediarios en ese proceso de verificación. Y es que aquellas empresas o entidades que se encargan de este proceso indudablemente manejan nuestros datos y pueden comprometer nuestra privacidad, o incluso cederlos a terceros cuando lo permite la ley.
Para evitarlo y saltarse a esos intermediarios, la solución que plantea el blockchain es que todos seamos partícipes de la verificación de la información que circula. Básicamente, se trata de crear una gran base de datos que se distribuye entre varios participantes, a los que se denomina nodos, que se conectan a una red descentralizada (sin ordenador principal). Todos ellos utilizan el mismo lenguaje o protocolo, y en esta base de datos constan todas las transacciones realizadas en el ámbito de esa red. El mensaje transmitido se denomina token(en inglés, símbolo o ficha), va encriptado y representa la información que contiene la red.
En cuanto al contenido del mensaje, puede ser cualquier cosa. Por ejemplo, una transacción dineraria. A través de la encriptación, el contenido no es revelado. Lo tokens se agrupan en bloques que se van uniendo en forma de cadena (de ahí la idea de ‘cadena de bloques’). El resultado es una cadena de bloques de transferencias de todo tipo, encriptadas, que puede utilizarse de múltiples maneras.
Desde el punto de vista financiero, una criptomoneda funcionaría de forma que todas las transacciones realizadas se registrarían en una cadena de bloques, de forma que cada nodo tendría una copia de ellas y actuaría como verificador. No es necesario, por tanto, un banco central que verifique las operaciones. Eso sí, en las redes de blockchain existen figuras verificadoras: los ‘mineros'. Éstos reciben avisos de transacciones y las reúnen en bloques, que son verificados antes de cerrarse, y que no podrán alterarse sin modificar el bloque completo (garantizados así su no alteración).