La Agencia Tributaria quiere aumentar la efectividad a la hora de detectar el fraude fiscal, aumentando el control de los contribuyentes y para ello va a echar mano del Big Data. Así lo recoge en el Plan Anual de Control Tributario y Aduanero 2021 que se ha publicado este lunes en el Boletín Oficial del Estado. El uso de herramientas de análisis masivos de datos podría ayudar a detectar perfiles de riesgo, como a la hora de detectar el fraude en aquellos que simulan vivir en el extranjero para pagar menos impuestos.
Esta tecnología supone una novedad en el ámbito de los patrimonios relevantes deslocalizados y marca un "nuevo impulso" para la comprobación tributaria de este perfil de contribuyente. Pero, ¿cómo puede ayudar el Big Data a perseguir este tipo de fraudes?
“El Big Data puede ayudar a los técnicos de hacienda a personalizar comportamientos y hábitos de un contribuyente, al igual que ayuda a Amazon o Google para ofrecernos productos o conocer lo que vamos a hacer cuando navegamos por Internet o visitamos sus aplicaciones”, nos explica Carlos Morrás, director del Máster en Big Data de Comillas ICAI. “Pero aquí el Big Data ayudará a predecir o detectar comportamientos fraudulentos de un contribuyente”, añade.
El Big Data necesita dos elementos, por un lado, una gran cantidad de información y, por otro, inteligencia artificial para convertir todo ese enorme volumen de información en conocimiento. “La información que recoge hacienda para alimentar este Big Data viene, por una parte, de su propio trabajo habitual. Hay un Plan Nacional de Captura de Información en la que participa el Ministerio de Hacienda y en el que va añadiendo información que recoge de su propio trabajo diario: información de facturas, nóminas, contratos, información fiscal, etc.”, nos cuenta Carlos Morrás.
Pero, además de los propios datos con los que cuenta Hacienda de manera natural por sus trámites, documentación y demás, los técnicos siempre han podido recabar datos de otras fuentes: otros Ministerios, relaciones familiares, etc. Pero ahora se le suma a todo esto infinidad de nuevas fuentes de información, como las redes sociales, las aplicaciones que monitorizan nuestros movimientos, etc. “A toda esta gran cantidad de datos que pueden recabar de nosotros se le aplican algoritmos de inteligencia artificial que predicen el potencial de riesgo de fraude de una empresa o un contribuyente” apunta Carlos. “El Big Data es capaz de individualizarnos, de coger toda esa información perteneciente a grandes grupos de personas, nos trata uno a uno, y personaliza el resultado”, añade.
Un ejemplo de la aplicación de esta tecnología en la persecución del fraude, que recoge la propia orden ministerial, apunta a los errores rellenando alguna casilla de la declaración de la renta, que pueden ser no intencionados o realizados para ocultar un fraude. “El Big Data puede recopilar todas las declaraciones que recogen ese mismo error en su cumplimentación y detectar cuáles son fraudulentas y cuáles son errores inocuos. Eso lo consigue porque ha generado un algoritmo en el que ha aprendido a detectar el fraude” nos cuenta Carlos. “Pero además puede aprender a señalar posibles fraudes solo por el tipo de empresas con las que solemos facturar, a qué tipo de sector económico pertenecemos, con qué empresas realizamos contratos, etc.” añade.
Más allá de la información puramente fiscal que tiene a mano el Ministerio de Hacienda y la información que puede recopilar de otros ministerios y administraciones públicas, la información pública externa es ahora mismo una gran fuente de información, sobre todo gracias a Internet, las aplicaciones y las redes sociales. Y este es un lugar al que ya acuden de manera habitual los técnicos de hacienda para realizar sus investigaciones para detectar el fraude, sobre todo para demostrar la residencia habitual en España de aquellos que fijan su residencia en el extranjero de manera simulada para no tributar aquí, como ocurrió en el caso de la cantante Shakira.
“Toda esa información se puede automatizar y aprender a ser utilizada por el Big Data, lo que la convertiría en más eficaz”, apunta Carlos Morrás. “Por ejemplo, la geolocalización de las publicaciones en las redes sociales o las fotos que publicamos en Instagram pueden dejar claro dónde has pasado la mayor parte del año fiscal. El reconocimiento facial puede demostrar con quién has estado, dónde estabas en una determinada fecha, si te encontrabas junto a otros defraudadores conocidos. Pero también el nivel de riqueza que exhibes en redes sociales, que puede no corresponderse con los ingresos que declaras: publicar fotos en un palco VIP de un estadio, hacerse fotos en diferentes destinos de lujo por el mundo o al volante de coches de alta gama puede resultarle muy caro a un defraudador”.
“Esta tecnología se utiliza en China para detectar a los disidentes al régimen, detectando si se han reunido con otros disidentes por sus fotos en redes sociales o por la geolocalización de las apps de sus teléfonos móviles. Esto en Europa no se usa para este tipo de cuestiones políticas lógicamente, pero se puede utilizar para el cumplimiento de las leyes democráticas vigentes, como la persecución del fraude fiscal” afirma Carlos.
Pero más allá de las redes sociales, se pueden extraer datos de muchas otras fuentes externas. “Las plataformas de compra venta de Internet son una gran fuente de información, que puede decirle a Hacienda si estás vendiendo o comprando productos o estás alquilando un piso o un apartamento turístico. Pero también hay terceras empresas que venden los datos de sus usuarios de manera legal, empresas que geolocalizan a sus usuarios y miden sus comportamientos”. Pero hacienda pude ir mas allá y solicitar información personalizada a compañías de servicio como las compañías de telecomunicaciones o las empresas de transporte: “Hacienda puede solicitar a qué países has viajado a tu compañía de teléfonos o pedirle a Correos cuantos paquetes has enviado o recibido, lo que ayuda a detectar empresas tapadera que facturan de otro país, pero tienen la distribución y la venta en España sin declararlo” nos cuenta Carlos.
Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) han aplaudido la medida de aplicar esta nueva tecnología al a persecución del fraude fiscal, principalmente una mayor vigilancia de las grandes fortunas que fingen vivir en territorios con baja o nula tributación, pero piden más medios, la contratación de más técnicos y la creación de un Cuerpo Superior Técnico de Hacienda (CSTH), lo que reduciría el fraude y mejoraría la gestión del gasto.
En este sentido Carlos Morrás afirma que aplicar esta tecnología del Big Data conllevará una inversión, pero esta no sería muy elevada comparada con los beneficios que aportará, ya que lo que principalmente se necesita es personal cualificado: “La tecnología del Big Data ha reducido los costes de analizar toda esta información de manera exponencial. Hacienda va a necesitar contar en sus plantilla con más analistas y científicos de datos y menos informáticos”.