Magaluf, La Playa de Palma, Sant Antoni han copado titulares en los últimos años por los abusos, balconing, peleas o escenas dantescas provocadas por el turismo de borrachera. Ese que promovía con descaro Thomas Cook con vuelos, hotel, traslados y barra libre por apenas 300 euros. La quiebra de la empresa ha podido ser un golpe a este tipo de turismo, aunque España sigue siendo y las islas en particular uno de los destinos preferidos en todo el mundo. Pero a partir de esta semana santa, otro se avecina y será más duro.
El Consell del Govern de Baleares ha aprobado este viernes un decreto ley con el objetivo de regular la oferta de todo incluido en los hoteles, así como con el consumo abusivo del alcohol, para acabar con el turismo de excesos. El decreto prohíbe en estas tres zonas la publicidad referida al consumo de alcohol y las barras libres, las excursiones etílicas ("pubcrawling"), las "happy hours", los "2x1" ó "3x1", los autodispensadores de alcohol, así como la venta de alcohol en tiendas entre las 21.30 y las 8.00 horas. Las bebidas deberán cobrarse a un precio unitario, sin posibilidad de promoción alguna.
No solo eso. Los turistas que practiquen o permitan el balconing en cualquier hotel de Baleares deberán ser expulsados "inmediatamente" del establecimiento en cuestión y se enfrentarán a multas de entre 6.001 a 60.000 euros.
Además, este nuevo decreto limita las "party boats": se suspende la concesión de nuevas licencias hasta la regulación de esta actividad en un plazo de 24 meses y los barcos que cuentan con licencia no podrán embarcar ni desembarcar a los turistas en ninguna de estas tres zonas, que son las zonas calientes del turismo de borrachera de Baleares.
El conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, ha concretado que es una medida "valiente" y pionera en Europa que apuesta por "un turismo sostenible y de calidad. Permite combatir distintas prácticas que se producen en las Islas que creíamos que era necesario regular", ha añadido. El decreto es de "carácter inmediato" y, por ello, la aplicación de éste está prevista que sea efectiva a partir de Semana Santa de este 2020. Tendrá una vigencia de cinco años Y ha avanzado que no está descartado que, en un futuro, se amplíe a otras zonas del archipiélago.
Para evitar el turismo de borrachera, el decreto incluye la prohibición de la publicidad que tenga como objetivo incentivar el consumo de alcohol en establecimientos turísticos, Asimismo, también están prohibidas las excursiones etílicas ('pubcrawling'), además de su publicidad, su organización y su venta para "evitar recorridos alcohólicos" en las zonas mencionadas. Las fiestas en las embarcaciones, por su parte, tampoco pueden publicitarse y queda suspendida la concesión de nuevas licencias.
Negueruela ha destacado que la redacción de esta norma se ha producido "después de un amplio diálogo" con distintas asociaciones de comerciantes, sindicales y del sector hotelero, de quienes "han aceptado sugerencias". Para mejorar el seguimiento de las medidas contempladas se creará una comisión, formada por el Govern y representantes de Delegación del Gobierno, y una subcomisión, por patronales y asociaciones empresariales y vecinales.
Finalmente, el conseller ha recordado que la normativa cumple con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) y de la Agenda Balear 2030 "en busca de un turismo más sostenible y respetuoso, tanto con el entorno como con la calidad de vida de turistas y residentes".
Esta normativa regulará la oferta turística en dos fases. La primera restringirá las ofertas de 'todo incluido' de alcohol en los hoteles de Magaluf y la Playa de Palma, ambas zonas en Mallorca, y en Sant Antoni, en Ibiza. En una segunda fase se regulará el resto de zonas turísticas de Baleares con una reforma de la Ley General de Turismo. Esto requerirá un trámite más largo y una negociación con el sector turístico.
El presidente de la Federación de la Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca, Jordi Mora está a favor de la nueva ley contra el turismo de excesos y ha expresado su satisfacción "tras conocer a fondo el contenido y el alcance de su aplicación", que prohibirá, entre otras cosas, la 'barra libre' en zonas como El Arenal, Llucmajor y Magaluf.
Tras mantener una reunión con el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, el presidente de Pimem ha asegurado que "la medida trata de atajar un problema de salud pública y de imagen de las islas, y Mallorca en particular". En este sentido, ha añadido que la norma es "positiva" porque fomenta "la sostenibilidad y el consumo responsable". Además, el presidente de la patronal ha afirmado que ayudará a Mallorca en su posicionamiento en el mercado extranjero".
La nueva norma del Govern acotará, para Mora, la cantidad de establecimientos que "venden paquetes de 'todo incluido'", beneficiando así a que el turismo de borrachera "disminuya su fuerza y presencia en las Islas". Otros de los aspectos a resaltar para el presidente de Pimem son "la restricción de los horarios de venta a los comercios que venden bebidas alcohólicas, el 'Pub Crowling' o promociones afines y las denominadas 'party boats'".
Este turismo de borrachera es todo un negocio, pero a la larga es una manera de desprestigiar las zonas en las que se desarrolla y un coste. Magaluf es el destino de miles de jóvenes para disfrutar de una fiesta que acaba en peleas callejeras. Las broncas no salen gratis. Empleados públicos como policías o especialistas sanitarios tienen que desplazarse para mediar en la reyerta pero cuando sale el sol aún queda trabajo por hacer, el de la limpieza, por no hablar de las atenciones que tienen lugar en urgencias. Los datos demuestran que se puede llegar a atender una borrachera cada diez minutos” en las zonas de picos de turismo de este perfil. Y eso tiene un coste para las arcas públicas.
Pese a todos y según las últimas encuestas elaboradas por el Govern, el 71,4% de los residentes está de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación: "Estoy muy satisfecho con el turismo en las Islas Baleares", "mientras que un 20,2% no está de acuerdo o incluso muy en desacuerdo. Eso sí hay un dato significativo. Los residentes de las islas prefieren el turista que llega en primavera (81,1%) o en otoño (79,5 %), mientras que el más bajo se da cuando solicitas sobre el turismo en verano (60,3%). ¿Por qué? Precisamente porque dentro de ese turismo se cuela de rondón el negocio del low cost.
Son conscientes los residentes de Baleares que el turismo ayuda a mantener su calidad de vida. Solo el 16,4% cree que la afluencia de turistas le perjudica. · Menorca es la isla donde hay más residentes que opinan que el turismo ayuda a mantener o mejorar su calidad de vida, 82,8% de, le sigue Formentera (80,3%), Ibiza (78,9%) y en último lugar Mallorca con un 68% de los residentes. Por cierto, el impuesto al turismo es aplaudido por el 68,6% de los residentes. Ibiza es la isla con mayor porcentaje de encuestados a favor del impuesto (73,5%), le siguen Menorca y Formentera con 69,2% de y 69,1% de respectivamente y Mallorca con un 67,8%.