Un leve respiro para el turismo español después de que la decisión de establecer una cuarentena para los visitantes extranjeros levantara ampollas en el sector. El Gobierno decidió ayer levantar esa medida a partir del 1 de julio, aunque el sector y dirigentes autonómicos como los andaluces, consideran que el daño está hecho después de que países europeos recomendaran a sus ciudadanos no ir de vacaciones a España y criticaran las contradicciones del Ejecutivo. Pero parece que la tempestad ha pasado y que los gobiernos de Francia y Alemania, conscientes del impacto económico que podría significar para España y al final para Europa ha hecho que rectifiquen y den luz verde para venir de vacaciones a España.
El Gobierno francés no recomienda en esta fase de la desescalada viajar a otros países europeos, pero si como se espera la situación epidemiológica continúa mejorando y se levantan los controles en las fronteras "no hay razón" para que los franceses no vayan de vacaciones a España.
El ministro francés de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, explicó este martes esa posición en una entrevista a la emisora France Inter" al ser preguntado por las declaraciones de su colega de Transición Ecológica Elisabeth Borne, que el domingo había desaconsejado a los franceses ir de vacaciones a España por lo "contradictorio" de la posición de las autoridades españolas. La cuestión es la reciprocidad. Francia también espera a los españoles.
El jefe de la diplomacia francesa justificó las polémicas declaraciones de Borne porque las hizo después de que España, "de forma un poco inesperada, decidió primero cerrar sus fronteras totalmente y luego anunciar que las abriría en julio para las vacaciones. Era una lectura un poco complicada que nos daban las autoridades españolas". Europa de todas maneras tiene que ponerse de acuerdo en cómo abordar ahora el turismo este verano después de que Italia mostrara su disconformidad a los corredores verdes. La idea es que a partir del 15 de junio se pueda reabrir el espacio Shengen si la pandemia lo permite.
El Gobierno alemán también ha dado buenas noticias hoy al planearse levantar la advertencia de viaje global para turistas a partir del 15 de junio para 31 países europeos, entre ellos España, siempre que la evolución de la pandemia de coronavirus lo permita.
Además de los 26 países socios de Alemania en la Unión Europea, también se incluye a Reino Unido, que acaba de abandonar la UE, así como a Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein, países del espacio Schengen sin fronteras.
Así se desprende de un borrador de proyecto sobre cuestiones claves titulado "Criterios para permitir el turismo intraeuropeo", al que ha tenido acceso DPA y que posiblemente sea aprobado por el Ejecutivo de Angela Merkel este miércoles.
El ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, emitió una advertencia de viaje mundial el 17 de marzo, una decisión sin precedentes hasta la fecha. Hasta la crisis desatada por la pandemia del coronavirus solo se habían emitido advertencias de viaje en caso de peligro para la vida y la integridad física, especialmente en zonas de guerra como Siria o Afganistán.
Más de 240.000 turistas alemanes varados en el extranjero fueron llevados de vuelta a Alemania durante las últimas semanas en una acción sin precedentes, en el marco de la misión de repatriación llevada a cabo por el Gobierno alemán.
El levantamiento de la advertencia de viaje debería dar ahora la señal de salida para poder disfrutar las vacaciones de verano en otros países de Europa. Según el borrador de proyecto, la idea de este levantamiento es que "la reactivación del turismo es importante tanto para los viajeros y la industria turística alemana como para la estabilidad económica de los respectivos países de destino".
La advertencia de viaje deberá ser sustituida por el asesoramiento individual de viaje, que consiste en señalar los riesgos de cada país. El Gobierno alemán pretende establecer una serie de criterios comunes para toda la UE, de manera que se pueda asegurar la mejor protección posible ante un posible contagio de los turistas.
Una de las medidas que propone es que los demás países europeos adopten el criterio de 50 nuevas infecciones por cada 100.000 habitantes en un plazo de siete días como límite máximo para admitir viajeros. En Alemania, la superación de este límite llevará a la reintroducción de medidas restrictivas que ya han sido abolidas.