A los 61,7 años: los españoles se retiran antes que la mayoría de los europeos por los despidos y las prejubilaciones

  • Este de 2021, la edad ordinaria de jubilación en España es de 66 años, si has cotizado menos de 37 años y 3 meses

  • Según datos de la OCDE, los españoles se retiran del mercado a los 61,7 años, casi dos años antes de la edad media en la que se dan de alta en el sistema de pensiones (64,2 años)

  • Las prejubilaciones y nos despidos propician la salida del mercado laboral antes que en Italia, Alemania o Portugal

Muchos de los Estados miembros de la UE están aumentando su edad de jubilación legal, con el objetivo de mantener a las personas mayores en el mercado laboral más tiempo y moderar así el crecimiento de la carga financiera que suponen las pensiones. En esta línea, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, señalaba en declaraciones este domingo en el diario Ara, que en España hace falta un "cambio cultural" para seguir la tendencia europea de permanecer en el mercado laboral entre los 55 y 75 años. Aunque este lunes ha matizado sus palabras.

Desde el 1 de enero de 2013, la edad de acceso a la pensión depende de la edad del solicitante, que aumenta cada año, y de la duración de su vida laboral. Así, este 2021, la edad ordinaria de jubilación en España es de 66 años, habiendo cotizado al menos de 37 años y 3 meses. Si son más, se rebaja a 65 años. A partir de 2027 está previsto que suba hasta los 67 -con 38 años y 6 meses trabajados-.

Pero, ¿a qué edad se jubilan realmente los españoles? Y, ¿lo hacen mucho antes que el resto de europeos, como apunta el ministro? De acuerdo con los datos de la Seguridad Social de 2018, la edad media en la que los españoles se dan de alta en el sistema de pensiones es de 64,2 años.

Salimos del mercado laboral antes de los 62 años

Aunque, en realidad, muchas personas paralizan su actividad laboral antes, sin inscribirse para recibir esta prestación. Aquí entran casos como los prejubilados o las personas mayores que pierden su empleo y que cobran el paro el tiempo pertinente de antes de darse de alta. Teniendo en cuenta esto, según datos de la OCDE de 2018, la edad media a la que los españoles dejan de trabajar son los 61,7 años.

Es uno de los países europeos en los que antes se retiran los empleados, aunque en muchos casos es de forma forzosa. Salimos del mercado laboral antes que los italianos (62,4), los alemanes (63,8), los británicos (64,1) o los portugueses (67). En Hungría y Polonia lo hacen a la misma edad que nosotros. Los franceses y los griegos se retiran un poco antes, a los 60,8 y 60,9 años, respectivamente.

De acuerdo con datos del informe 'Ageing Europe' de Eurostat, en 2019, 5,1 millones de europeos de entre 65 y 74 años todavía trabajaba. En Estonia el porcentaje era muy elevado: más de una cuarta parte (el 27,5%) de este grupo de edad estaba empleada. En Letonia, Irlanda, Suecia, Lituania o Portugal la tasa estaba por encima del 17%.

Empleos a media jornada y "por necesidad"

Este retraso de la jubilación que se observa en estos países se debe en parte a que un número cada vez mayor de personas mayores eligen un retiro por fases, reduciendo paulatinamente sus horas de trabajo. En 2019, casi la mitad (47,6%) de todos los hombres mayores de 65 años que trabajaban lo hacían a tiempo parcial. Entre las mujeres, el porcentaje era aún más alto, de un 60,2%. También han aumentado los casos de jubilados que después se dan de alta como autónomos -dos quintas partes de los trabajadores de 64 a 75 años-.

Las áreas de trabajo más comunes entre las personas mayores todavía activas son en agricultura, silvicultura y pesca. Aunque el porcentaje de trabajadores veteranos en estas profesiones se ha reducido drásticamente, en otras disciplinas como educación o sanidad se ha duplicado.

Sobre los motivos de continuar trabajando, según datos de 2012, más de un tercio (37,5%) de las personas de 50 a 69 años que recibían una pensión pero seguían trabajando lo hacían con el fin de tener suficientes ingresos. Un 6,8% prolongaba su vida laboral para aumentar sus futuros derechos de pensión y un 14,6% lo hacía por ambos motivos. Sólo un tercio de los europeos citaba motivos no financieros como la satisfacción en el trabajo para justificar su decisión.

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