Cuando uno de nuestros seres queridos fallece, no solo nos enfrentamos a una serie de sentimientos y emociones difíciles de procesar, sino que también hay que encarar el desafío de las herencias y sucesiones, que resulta también un verdadero reto, regido por las leyes y normativas vigentes. 

Uno de estos desafíos apremiantes para los herederos es la liquidación de los impuestos inherentes a la herencia. La legislación española estipula que el Impuesto de Sucesiones y Donaciones debe abonarse antes de que los beneficiarios puedan acceder a los bienes heredados, lo que puede generar situaciones de tensión financiera si no se dispone de liquidez inmediata, aunque hay varias comunidades que han tratado de legislar para facilitar este paso. 

En cualquier caso, para mitigar este obstáculo, es esencial que el testador incluya en su testamento una cláusula específica que permita a los herederos utilizar los fondos de las cuentas bancarias del fallecido para satisfacer estas obligaciones tributarias.

La denominada "cláusula de libre disposición de herencia" faculta a los herederos a acceder a los recursos financieros del difunto con el propósito de cubrir los impuestos sucesorios antes de la adjudicación formal de la herencia. 

Sin esta disposición, los herederos podrían enfrentarse a la paradoja de tener que pagar impuestos sobre activos a los que aún no tienen acceso legal, lo que podría forzarlos a buscar fuentes externas de financiamiento o, en casos extremos, a renunciar a la herencia debido a la imposibilidad de cumplir con las obligaciones fiscales. Expertos en planificación sucesoria, subrayan la importancia de prever este tipo de cláusulas para evitar contratiempos financieros a los herederos.

De este modo, la redacción de un testamento que contemple la cláusula de libre disposición debe realizarse con precisión y bajo la asesoría de profesionales especializados en derecho sucesorio. Es fundamental que el testador exprese de manera inequívoca su voluntad de permitir que los herederos accedan a los fondos necesarios para el pago de impuestos y otros gastos asociados a la sucesión. 

Además, es recomendable designar a un albacea o administrador que supervise la correcta ejecución de esta disposición, garantizando así una gestión transparente y eficiente de los recursos.

La implementación de la cláusula de libre disposición no solo facilita el cumplimiento de las obligaciones fiscales, sino que también previene posibles conflictos entre los herederos y las entidades financieras. Sin una directriz clara en el testamento, los bancos pueden bloquear el acceso a las cuentas del fallecido hasta que se presenten los documentos legales pertinentes, lo que puede retrasar el proceso sucesorio y generar inconvenientes adicionales. 

El Banco de España aclara que, aunque las entidades están facultadas para permitir el uso de fondos destinados al pago de impuestos, la ausencia de una instrucción expresa puede complicar este trámite.

Más allá de la inclusión de la cláusula de libre disposición, una planificación sucesoria meticulosa puede ofrecer múltiples ventajas. Por ejemplo, la designación de cotitulares en las cuentas bancarias o la realización de donaciones en vida son estrategias que pueden facilitar la transferencia de bienes y reducir la carga fiscal. No obstante, cada una de estas opciones conlleva sus respectivas implicaciones legales y tributarias específicas, por lo que es importante contar con asesoramiento profesional para determinar la estrategia más adecuada según las circunstancias particulares del testador y sus herederos.