¿A qué grados debes poner la calefacción este invierno (si no quieres arruinarte)?
Redacción Uppers
Una mujer se acurruca frente a su radiador para no pasar frío.Getty.
Ante los días más fríos del año y con la amenaza de la subida en los precios de la electricidad y el gas, la factura de la calefacción puede ser más alta que en inviernos anteriores
Los expertos aconsejan mantener la casa entre 21 y 23 grados durante el día, y entre 15 y 17 durante la noche, sabiendo que por cada grado que subimos el termostato, el consumo de energía aumenta entre un 5 y un 10%
Estamos a punto de entrar en los días más fríos del año. En este escenario, el uso de la calefacción se convierte en una necesidad para garantizar el confort en los hogares, pero también en un desafío económico para muchas familias a las que acecha lo conocido como 'pobreza energética'. Adoptar medidas de eficiencia no sólo es imprescindible para ahorrar en luz y gas, sino también una responsabilidad compartida para reducir el impacto ambiental.
Cinco consejos para mantener la casa calefaccionada sin gastar
“Con la llegada del frío, los consumidores miran con lupa sus facturas de la luz y el gas. Es lógico porque el coste de la energía llegó a multiplicarse por dos a raíz de la guerra de Ucrania y ahora también debemos permanecer muy atentos a lo que está pasando en Oriente Medio. El factor geopolítico, unido a la emergencia climática, dibujan un escenario donde la responsabilidad de los consumidores desempeña un papel más importante que nunca”, explica Roberto Gómez-Calvet, experto en suministro energético y profesor de Empresa de la Universidad Europea de Valencia.
Para ejercer esa responsabilidad, ¿de qué recursos disponemos? El experto comparte 10 recomendaciones para calentar el hogar sin que el presupuesto familiar se descuadre:
Aislamiento térmico: asegura que tu casa esté bien aislada revisando ventanas y puertas para evitar filtraciones o corrientes de aire frío. La mejor energía es aquella que no hace falta consumir.
Sistemas de calefacción más eficientes: en la medida de lo posible descarta radiadores eléctricos convencionales y opta por equipos de climatización con bomba de calor, que son los que proporcionan más calor por KWh consumido.
Uso de termostatos inteligentes: instala termostatos programables o inteligentes para controlar la temperatura de manera eficiente, ya que evitan situaciones de climatización innecesarias o fuera del rango deseable.
Temperatura adecuada: la temperatura ideal es de 22 grados de media por el día y 16 por la noche; es decir: entre 21 y 23 grados durante el día, y entre 15 y 17 durante la noche. Debemos saber que por cada grado que subimos el termostato, el consumo de energía aumenta entre un 5 y un 10%.
Ventilación correcta: ventila las habitaciones durante el tiempo justo para renovar el aire sin que se pierda demasiado calor, lo que también ayuda a controlar la humedad y evitar condensaciones. Durante el día abre cortinas y persianas para aprovechar el calor del sol y por la noche ciérralas para mantener el calor dentro de la vivienda.
Mantenimiento de sistemas de calefacción: realiza un mantenimiento regular de los sistemas de calefacción para asegurar su eficiencia. Limpia filtros y revisa que todo funcione correctamente.
Uso eficiente de electrodomésticos: utiliza electrodomésticos de bajo consumo y desenchufa aquellos que no estés usando. Los enchufes inteligentes y temporizadores pueden ayudar a gestionar mejor el consumo.
Ropa adecuada: viste ropa abrigada dentro de casa para reducir la necesidad de calefacción. Utiliza mantas y ropa térmica para mantenerte caliente.
Cierra habitaciones no utilizadas: mantén cerradas las puertas de las habitaciones que no estés usando para concentrar el calor en las que sí están habitadas. Si es posible, cierra, además, los radiadores de las estancias no utilizadas.
Uso de alfombras: coloca alfombras en el suelo para reducir la sensación de frío y mejorar el aislamiento térmico.