Conviene tener claro que una pensión de incapacidad no tiene por qué durar toda la vida, de hecho hay casos en los que es muy favorable dejar de cobrarla, como en los que se produce la recuperación de la persona afectada. La incapacidad es una cuestión revisable, que sea concedida ante unas circunstancias concretas, no quiere decir que no pueda revocarse si estas cambian.
Esta ayuda se proporciona a los trabajadores que, por enfermedad o accidente, ven reducida su capacidad laboral, pero no tiene por qué ser definitiva. De hecho, cada dos años suelen realizarse revisiones para comprobar que la condición del implicado siga siendo la misma y no haya cambiado, ni para mejor ni a peor. Si no fuera así, habría que modificar esta prestación.
Esta revisión puede tener lugar a petición del solicitante, si considera que ha empeorado y merece un grado superior de incapacidad, pero también a petición del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Un Tribunal Médico se encargará de llevar a cabo una revisión comprobando cómo es la situación actual del pensionista; esta es una cita obligatoria, porque en caso de no acudir existe el riesgo de que la pensión quede anulada.
Existen diferentes grados de incapacidad y cada uno de ellos da derecho a una prestación diferente, tal y como nos explican en la página web de la Seguridad Social:
Como señalamos, estas pensiones pueden ser modificadas o revocadas, por ejemplo, en caso de fraude o de rechazar los tratamientos prescritos para esa dolencia. También puede suceder que el paciente mejore y se cambie el grado de incapacidad al que tiene derecho. La cuantía de las pensiones por incapacidad permanente se establece según la base reguladora de cada trabajador, pero también del grado de incapacidad que se le haya reconocido, por lo que si este cambia es posible considerar que la Seguridad Social te quita parte de la pensión.
En cualquier caso, si no se está conforme con la sentencia del Tribunal Médico, siempre es posible impugnarla, exponiendo los argumentos y fundamentos que demuestren que esa decisión no es la adecuada y no se ajusta a nuestra situación.