El Gobierno plantea permitir a los trabajadores que lo elijan, que se puedan jubilar a los 62 años o 63 años, exigiéndoles 38,5 años cotizados previamente. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones lo ha comunicado a patronal y sindicatos.
Una de las negociaciones que más ha dado de qué hablar ha sido la jubilación parcial, que tiene como objetivo de reducir una parte de la jornada laboral antes de la jubilación definitiva y mantener dicha rebaja hasta la jubilación total. Esta idea ya fue restringida tras los recortes de la crisis, ahora, el Gobierno pretende reformularla.
Este lunes se ha celebrado una nueva reunión de la comisión negociadora en materia de Seguridad Social, donde se están dirimiendo cuestiones como la colaboración de las mutuas con la Seguridad Social, los coeficientes reductores en actividades penosas y peligrosas a establecer para anticipar la jubilación, la recuperación del coeficiente multiplicador del 1,5 en trabajadores fijos discontinuos y la compatibilidad entre el trabajo y la pensión, entre otras.
El Gobierno cree estar "cerca" de lograr un acuerdo con agentes sociales sobre pensiones y Seguridad Social, aunque los sindicatos han lamentado la falta de "novedades" en la negociación y de propuestas escritas por parte del Departamento que dirige Elma Saiz.
Para acceder a esta jubilación parcial ordinaria sin contrato de relevo adscrito, el empleado debe tener 63 o 64 años y medio, según si acumula un mínimo de 38 años cotizados o menos. La novedad, es que ahora, los empleados puedan adelantar hasta tres años su acceso a la jubilación parcial, hablando de los 62 o 63 años y medio. Esta propuesta también planea cambiar las condiciones para acceder a ella, dependiendo si esta va vinculada a un contrato de relevo.
Desde el Ministerio han asegurado que se ha realizado una propuesta sobre la regulación de la jubilación parcial que consiste en prorrogar la regulación especial para los trabajadores de la industria manufacturera con ciertos elementos de convergencia hacia el planteamiento de la jubilación parcial ordinaria, es decir, realizando ajustes para mejorar las condiciones de trabajo del relevista y diseñando una regulación más equilibrada y flexible para la empresa en cuanto a la organización de la jornada del relevista y del pensionista.
Por el momento no hay borrador, solo la palabra del Ejecutivo, algo que ha sido criticado por algunas personas que explican que hace difícil el poder llegar a un acuerdo. Desde diciembre de 2023, el Gobierno y los agentes sociales llevan negociando también una jubilación anticipada, la jubilación activa o un nuevo protocolo para derivar trabajadores de baja por razones traumatológicas a las mutuas privadas. Una jubilación activa implica compatibilizar pensión y salario, pero no hay ente todavía porque el Gobierno quiere endurecer las condiciones en la primera etapa.
Aun así, desde CCOO aseguran que el Ministerio sigue manteniendo la idea de llegar a un acuerdo antes del final de julio, aunque los sindicatos lo ven "difícil" si el Departamento que dirige Elma Saiz no concreta los textos de manera rápida. "Hay cuestiones pendientes en todos los apartados", ha remarcado Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO. UGT también ha expresado sus preocupaciones ante la ausencia de perspectiva de género en las dos modalidades de jubilación que se está negociando y, en cuanto a la jubilación parcial y el contrato de relevo, considera que la propuesta del Ministerio es empeorar el número de años de cotización que son precisos para acogerse a ese tipo de jubilación.
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