Declaración Renta 2023: ¿Cómo y cuándo deducir el coste de la ropa de trabajo?
En la mayoría de los casos, la ropa que usamos en el espacio de trabajo y la que llevamos en nuestro día a día es prácticamente la misma
Este tipo de gastos deberán ir siempre justificados mediante una factura con los datos de la empresa
Declaración de la Renta 2023: las deducciones para pagar menos en Andalucía
Al hacer la declaración de la Renta es importante saber qué cosas y en qué casos nos lo podemos deducir, porque incluir gastos que no se ajusten a los criterios de Hacienda puede hacer que en el futuro tengamos un problema.
Esto puede sucedernos con la ropa de trabajo, un elemento que es evidente que usamos para trabajar, pero que no siempre es sencillo diferenciar de la ropa que usamos fuera de la jornada laboral, por lo que no siempre es posible incluirla en los gastos deducibles para la Renta 2023.
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Cómo y cuándo es posible deducir la ropa de trabajo
En la mayoría de los casos, la ropa que usamos en el espacio de trabajo y la que llevamos en nuestro día a día es prácticamente la misma. Puede ser que, por el trabajo que realizamos, tengamos que llevar un look más elegante o sencillo del que emplearíamos habitualmente, pero esto no siempre hace posible que podamos incluirlo en la declaración de la Renta, de hecho, hay una normativa que establece en qué casos es deducible.
La normativa fiscal no permite la deducción de elementos que no afecten de manera exclusiva a la actividad económica, a no ser que se trate de un bien de inversión, un instrumento de trabajo dedicado a producir por un periodo de tiempo superior a un año, como herramientas o vehículos, que sí podrían usarse también en el plano privado, aunque solo podría deducirse la parte proporcional al uso profesional.
La ropa no se considera un bien de inversión, por lo que la única que se puede incluir en la Renta como deducción es la que se emplea exclusivamente en el trabajo, que no sea susceptible de uso privado. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el vestuario que se usa en las cocinas, pero también los uniformes de peluquería y estética o el del personal sanitario. La ropa para la industria o la que se emplea como medidas de seguridad (como chalecos o cascos) también entraría en estos criterios.
Quedarían fuera todas esas prendas de etiqueta, tanto trajes como vestidos, pues si bien es verdad que para muchas personas son uniformes de trabajo, su uso en el ámbito privado está tan extendido que es complicado justificar que se use solo en la jornada laboral.
Este tipo de gastos deberán ir siempre justificados mediante una factura, sobre todo si queremos deducírnoslo, por eso es importante solicitarla con los datos de la empresa cuando acudimos a comprarla. Es un gasto que tendremos que registrar en la contabilidad y, sobre todo, imputarlo en el ejercicio que corresponda, incluyéndolo en la declaración trimestral del IVA, incluyendo la factura, en la declaración trimestral del IRPF, o en la anual de ambas.
Es importante respetar los criterios que establece la Agencia Tributaria a la hora de desgravarnos este tipo de elementos, pues en ocasiones, aunque para nosotros sea evidente que esas prendas solo las vamos a utilizar en un contexto laboral, no siempre se ajusta a lo establecido por la norma y nuestro caso concreto no será la excepción.