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Comprar o alquilar una vivienda en España obliga, en general, a destinar gran parte de la economía familiar. Los precios no han dejado de subir, la compraventa de pisos ha subido hasta en un 29% en diez años.
El alquiler tampoco es una opción rentable porque los precios han subido más del doble: un 69% en la última década.
Pero la pregunta es obligatoria: ¿ha subido en la misma proporción nuestra capacidad adquisitiva? La respuesta es no porque los salarios han subido de media solo un 11%.
En Informativos Telecinco Carlos Franganillo ha hablado con el economista Ignacio Ezquiaga, quien ha realizado varios estudios sobre ello.
Ezquiaga defiende que la explosión de la burbuja inmobiliaria en 2008 afectó a la oferta de vivienda pública, estamos a la cola de Europa en esto.
“A partir del 2008 se produce una agudización de lo que ya veníamos observando en años anteriores, y es una confianza relativamente ciega en que el mercado iba a resolver los temas importantes relacionados con la vivienda por si solos.
El mercado lejos de resolver las necesidades de vivienda de las familias que tienen que formarse en los próximos años, se ha encarecido aún más y ha dejado fuera a capas importantes de la población. Fundamentalmente a los jóvenes que son no solo los principales demandantes de primera vivienda, sino que son el futuro en muchos términos desde el punto de vista económico, social, etc.”
Sostiene que se está abriendo una brecha generacional entre los que tienen más de 35 años y los que tienen menos de 35 años.
“Fundamentalmente dos; la primera es la subida de los precios de la vivienda. Llevamos muchas décadas, unos 40 años de subida continuada de la vivienda. Es verdad que hubo una corrección importante después del 2008, pero prácticamente y sobre todo en las grandes ciudades estamos en niveles de precio por encima del 2008.
Esto significa que mucha gente joven que empieza sus carreras vitales, sus vidas profesionales, no llega para comprar ni para alquilar una vivienda. Tienen que buscar soluciones más bien temporales, soluciones incómodas. Y esto realmente es un problema grave.
Es tanto más difícil de resolver que el resto de la población se da la circunstancia de que está en una situación mucho más cómoda. Este es el segundo elemento importante, los que compraron sus viviendas en los últimos años han visto cómo se revalorizan esas viviendas y además han pasado tantos años que han pagado prácticamente toda la vivienda para la que se habían endeudado.
En definitiva, hay una dualidad entre las condiciones de los jóvenes y las condiciones de los padres o los abuelos de esos jóvenes.”
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