Los carburantes han registrado en febrero sus precios más altos del año, con un aumento del 1,1% en la tercera semana seguida de subidas. Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, la gasolina ha subido un 0,9% esta semana, hasta los 1,560 euros por litro, el nivel más alto desde principios de diciembre. El diésel ha crecido un 1,13%, hasta los 1,512 euros por litro, el máximo desde mediados de diciembre.
Estas subidas contrastan con la tendencia descendente que se había mantenido desde finales de septiembre hasta finales de 2023, cuando los carburantes cerraron el año con caídas del 15% para la gasolina y del 13% para el diésel.
Al inicio de 2024, los precios volvieron a repuntar, aunque la gasolina sigue por debajo de los niveles previos a la invasión rusa de Ucrania, mientras que el gasóleo está por encima. Ambos carburantes se alejan de los récords que alcanzaron en el verano de 2022.
Llenar un tanque medio de gasolina cuesta ahora unos 85,8 euros, lo que supone un ahorro de 5,5 euros respecto al mismo periodo del año pasado. Para el diésel, el coste es de 83,16 euros, unos 9 euros menos que hace un año.
El diésel lleva 50 semanas siendo más barato que la gasolina, recuperando la situación anterior a la crisis de Ucrania que la cambió entre agosto de 2022 y febrero de 2023.
Los precios de los carburantes dependen de varios factores, como la cotización específica, el precio del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y la logística, y los márgenes brutos. Además, el precio del crudo no se traslada de forma inmediata a los carburantes, sino que hay un retraso temporal.
Los carburantes en España siguen siendo más baratos que la media de la Unión Europea y la eurozona (1,703 euros el litro), lo que supone un alivio para los consumidores españoles.
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