Hoy en día es tremendamente habitual comprar todo tipo de cosas a través de internet, esperando cómodamente en nuestros hogares a que nos llegue el pedido. Además, cuando lo que compramos tiene un precio sustancial, muchas webs ofrecen de manera casi ‘gratis’ la posibilidad de financiar la compra en cómodos plazos. Para estos casos cabe plantearse la cara oculta de esta propuesta, por aquello de estar preparados para lo que pueda suceder.

Los peligros de financiar compras online abarcan una gama de riesgos que van desde el fraude financiero hasta problemas relacionados con la privacidad y la seguridad de la información personal.

El auge de este tipo de financiación ha incrementado significativamente el riesgo de fraude. Esto incluye el robo de identidad, el fraude de primera parte y el fraude de identidad sintética, donde los estafadores usan identidades propias o falsificadas para realizar compras sin intención de pagar.

Además, este tipo de financiación pueden llevar a los consumidores a gastar más de lo que pueden permitirse, acumulando deudas y posiblemente afectando la puntuación crediticia del individuo. Aunque es habitual que estas financiaciones no tengan intereses, sí que existen sanciones si, por ejemplo, nos olvidamos de realizar un pago, o no tenemos saldo suficiente para afrontar un plazo. También es posible que este tipo de financiación incluya una comisión que encarezca el precio de compra original.

Este tipo de préstamos a menudo vienen acompañados de unas tasas de interés exorbitantes y términos de repago elevados, lo que puede acabar atrapando a los prestatarios en un ciclo de deuda a largo plazo.

Tampoco es raro que las entidades que realizan este tipo de préstamos se salten abiertamente las leyes de protección al consumidor, lo que plantea desafíos significativos para la protección del consumidor, además de suponer un riesgo para la estabilidad financiera de los prestatarios.

Los ciberdelincuentes pueden hackear sitios web de comercio electrónico y con ello conseguir detalles de inicio de sesión y tarjetas de crédito de los usuarios, con el consiguiente peligro de suplantación de identidad posterior.

Otro riesgo cada vez más habitual es que los estafadores creen sitios web falsos que imitan a minoristas genuinos para engañar a los usuarios y venderles productos falsificados o no entregar nada en absoluto aún después de haber pagado las cantidades requeridas. .

Otra posibilidad, aunque cada vez es menos frecuente, es que todavía existen sitios web que no encriptan los datos, lo que los hace vulnerables a ataques y pone en riesgo la información sensible de los usuarios registrados en cada plataforma. Esto iría unido, por tanto al riesgo de que nuestra información personal se vea comprometida en caso de una violación de datos en sitios web de comercio electrónico. Conviene resaltar que incluso los sitios web más seguros no se libran de este riesgo, ya que depende de la habilidad de los hackers que quieran obtener la información. 

Finalmente, el último aspecto que deberíamos tener en cuenta está referido a los anuncios no solicitados y los correos electrónicos de phishing, que pueden tratar de engañar a los usuarios para que visiten sitios web maliciosos y revelen información personal.

En primer lugar, se recomienda comprar en sitios web de marcas conocidas y de buena reputación para reducir el riesgo de fraude. Estos riesgos subrayan la importancia de que los consumidores estén bien informados y sean cautelosos al realizar compras en línea, especialmente cuando se trata de financiar las mismas. La conveniencia de las opciones de compra en línea y financiación a plazos puede venir acompañada de desafíos significativos en términos de seguridad financiera y protección de la información personal.

La financiación de compras en línea, aunque conveniente, alberga riesgos que se deben tener en cuenta, ya que pueden impactar no solo en nuestra seguridad financiera, sino también en la integridad personal y el bienestar de los consumidores. Más allá de los riesgos inmediatos como el fraude y el endeudamiento, hay consideraciones legales, psicológicas y sociales que merecen una exploración detallada.

Las entrevistas con expertos en finanzas y seguridad online subrayan la importancia de una mayor educación y conciencia del consumidor. Los expertos a menudo enfatizan la necesidad de leer los términos y condiciones cuidadosamente y de entender completamente las implicaciones a largo plazo de cualquier acuerdo financiero.

Comparando con la financiación tradicional, la financiación en línea a menudo carece del mismo nivel de asesoramiento y evaluación personal. Mientras que un préstamo bancario tradicional puede incluir una evaluación en profundidad de la capacidad de pago del prestatario, muchos servicios de financiación en línea tienden a omitir este paso, aumentando el riesgo de endeudamiento insostenible.

Los riesgos asociados con la financiación de compras en línea son múltiples y requieren de una consideración cuidadosa de parte del consumidor. Hay que evaluar todas sus facetas, empezando por el impacto legal y llegando hasta el bienestar personal. Este ejercicio es esencial para que los consumidores estén informados y sean conscientes de los peligros existentes con este tipo de opciones de financiación. Con la evolución constante de las tecnologías de financiación, la educación y la conciencia del consumidor serán clave para navegar este paisaje en constante cambio.