La carga fiscal varía significativamente a lo largo y ancho de todo el territorio español, ya que no hay una política fiscal unificada en España, y hay muchos ciudadanos que buscan encontrar los municipios donde los impuestos sean más bajos. Como aquello de pagar impuestos es una obligación para todos los ciudadanos, todo depende de nuestros ingresos, la comunidad autónoma e incluso el municipio en el que tengamos establecido nuestra residencia fiscal.
Es importante entender que los impuestos municipales, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), pueden variar de un municipio a otro. Esto se debe a la autonomía fiscal de los ayuntamientos, que les permite establecer sus propias tasas impositivas dentro de ciertos límites legales. Por otra parte hay impuestos estatales que el gobierno recauda. Es el caso del IRPF (aunque hablaremos de este caso más adelante en este artículo), el IVA y los Impuestos Especiales.
Existen varios factores pueden influir en la carga fiscal que un municipio carga sobre su población y entidades en ella establecidos:
Para empezar, los municipios ubicados en regiones con una economía más próspera y una mayor recaudación fiscal a menudo pueden permitirse tasas impositivas más bajas. Dentro de esos límites, los municipios más grandes tienden a tener una base impositiva más amplia, lo que les permite recaudar más ingresos con tasas impositivas más bajas por contribuyente. Seguimos sumando por tanto a la ecuación de cómo se construyen lo que pagamos al estado.
Otro factor clave para determinar la carga fiscal que cada municipio carga es la propia eficiencia en la gestión municipal. Y es que puede influir en la necesidad de recaudar más o menos impuestos. Una gestión eficiente puede reducir la necesidad de ingresos fiscales elevados. Finalmente, otro aspecto a tener en cuenta a la hora de cargar más o menos por parte de los municipios es la oferta de servicios públicos del territorio - hablamos de educación, salud, transporte…), ya que estos servicios requieren de mayores ingresos para cubrir sus costes.
Aunque la variabilidad es considerable, algunos municipios en España son conocidos por tener tasas impositivas más bajas en comparación con otros. Por ejemplo, en el caso de los municipios, Boadilla del Monte, Majadahonda y Las Rozas (las tres de la comunidad de Madrid), junto a Arrecife (en las Palmas), son los de mejor competitividad fiscal en España. Por el otro extremo destacan Reus, Girona y Sanlúcar de Barrameda.
Algunas comunidades autónomas, como Madrid, tienen un régimen fiscal más atractivo debido a una economía más robusta y una menor carga impositiva. Le siguen País Vasco y Canarias para completar el triunvirato de autonomías con menor presión fiscal. Cataluña, Comunidad Valenciana y Aragón estarían en el extremo opuesto.
Por otra parte, el IRPF está compuesto de un fijo para el estado y una parte marcada por la comunidad. En este sentido Madrid es la región con menor porcentaje, un 9% para un agregado total del 18.5%, y el más alto Cataluña, con un 12% para un 21.5% agregado en sueldo de menos de 20.000 euros. Todos estos datos se extraen de un informe publicado por el Instituto de Estudios Económicos llamado “La competitividad fiscal de las entidades locales y de las comunidades autónomas”, que ha estudiado la carga tributaria que recae sobre los ciudadanos de los 141 municipios españoles con más de 50.000 habitantes.