¿Usted recicla? Algo más de la mitad de los españoles responde que "siempre". Sin embargo, cuando se analizan los vertidos, la realidad contrasta con esta autopercepción: solo llega separada el 25% de la basura a las plantas de tratamiento. La evaluación de la política de gestión de residuos realizada por la AIReF (el supervisor fiscal independiente) ha constatado el retraso de nuestro país en esta materia. De hecho, hace solo un mes, la Comisión Europea alertó de que no íbamos a cumplir con los objetivos marcados. España recicla la mitad de lo que debería.
¿Y por qué? "La información es confusa y escasa, no hay seguimiento adecuado de esta política y se utilizan pocos instrumentos para mejorar la situación", según el análisis de AIReF. Hablamos de una política que consume 4.000 millones de euros al año y para la que hay un escaso desarrollo e insuficiente compromiso de los gobiernos municipales, según el supervisor.
Para entender la situación, algunos datos primero:
"Los instrumentos que tenemos son insuficientes para la consecución de los objetivos. Cuando comparamos con otros países de la UE nos encontramos con un marco mucho más amplio de herramientas que han demostrado ser eficientes y eficaces. No hay que inventar mucho, sino copiar lo que se está aplicando", resumía José María Casado, director de la División de Evaluación de la AIReF.
El Plan de Recuperación del Gobierno ha puesto a disposición de los municipios un presupuesto de 850 millones de euros en esta materia. Entre ellas se contempla la mejora de recogida separada de los bioresiduos (solo un 12% de los españoles recicla el orgánico, según la encuesta que hizo el supervisor fiscal) o la mejora de los puntos limpios.
La Comisión Europea ha calculado que para que España cumpla con el objetivo de reutilización y reciclaje necesitaría invertir 2.500 millones, tres veces más.
La AIReF ha publicado un observatorio de experiencias y buenas prácticas que aporta ejemplos a nivel nacional y internacional para que los gobiernos puedan avanzar en la gestión de los residuos. Es una herramienta con muchos detalles sobre las medidas y los resultados recogidos hasta la fecha y que podría inspirar a los municipios, aunque como en muchas cosas, existe una gran heterogeneidad entre regiones.
Los expertos de la AIReF explican que, al igual que los ciudadanos pagan en función del agua que consumen o por los minutos que utilizan el aparcamiento en la calle, en el reciclado se podría aplicar un principio parecido. "Cuando se establecen impuestos está muy bien plantear bonificaciones", apuntaba Casado. "Se puede hacer por recogida, por compostaje doméstico, por acudir al punto limpio...".
Un 70% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con que se debería premiar a los hogares que hagan una buena gestión de los residuos. La cuestión es: ¿cómo?
Hay sistemas que permiten cobrar tarifas de residuos aplicando el principio de "quien contamina paga". Los usuarios abonan una tarifa general y otra variable. Existe un incentivo a reciclar y generar menos basura. También se usan contendores inteligentes capaces de codificar quién y cuánta basura deja. Y desde luego, si se paga por reciclar, el porcentaje aumenta.
Sería la medida que más impactaría en los hábitos de conducta, según la encuesta. "La ciudadanía otorga una valoración media alta a los sistemas de 'depósito, devolución y retorno' y considera bastante o muy probable (78%) aumentar su grado de separación o reciclado si le devolviesen el importe del envase en la tienda donde lo compró", explica la evaluación.
Actualmente 14 países europeos ya disponen de este sistema para envases de bebida, que da cobertura a 144 millones de personas. Según estudios, permite alcanzar altas tasas de retorno del 91% en botellas de plástico PET, 89% en latas, y 97% en envases de vidrio.
Es un negocio rentable porque cada vez más las empresas tienen exigencias para introducir parte de materiales reciclados en su cadena de producción. Ese reciclado tiene que salir de alguna parte.
Otro instrumento que apenas cubre al 8% de la población es la recogida puerta a puerta. El segundo principal motivo por el que la gente no recicla es por no tener un contenedor cerca de casa. "Este sistema tiene la ventaja de que permite identificar al generador del residuo, lo que sirve de partida para otros instrumentos (particularmente, tasas de pago por generación)", según la AIReF.
Un análisis del caso de varios municipios en Cataluña que introdujeron este sistema indica que se consiguió reducir en un 20% la generación de residuos per cápita. Un porcentaje que se mantuvo incluso transcurridos los cuatro años y que generó cambios en los hábitos de los residentes: el reciclaje aumentó en 30 puntos.
Este sistema ha mostrado ser eficaz tanto en pequeñas como en grandes ciudades europeas como Milán, Lisboa, Berlín, Bruselas...
España aprobó una ley de residuos en 2022 que trata de coordinar los esfuerzos en esta materia. El cumplimiento de los objetivos europeos es nacional y esta tarea de coordinación "es fundamental". Sin embargo, en opinión de la AIReF, la ley no pone el enfoque suficiente en las herramientas que hay disponibles para mejorar las cifras de reciclado.