La subida del precio de algunos alimentos no termina de tocar techo. Factores como la sequía o la inflación han elevado la cesta de la compra has el punto de que hacer una tortilla de patatas o un bizcocho es hasta un 50% más caro que hace un año. Esto ha llevado al aumento de los robos de ciertos alimentos en los supermercados, provocando unas pérdidas que, en algunos casos, abocan al cierre de los comercios.
Las cámaras de seguridad del supermercado graban a un joven robar al descuido una garrafa de aceite cuyo valor alcanza los 50 euros según los precios actuales. Los hechos ocurren en una cadena de supermercados granadina que ha sufrido 20 robos como este en los últimos 3 meses. El aceite supera ya al alcohol como el producto más robado. “La gente se lo lleva de aquí y lo vende en la calle a 10 euros la botella”, afirma Herlán Santos, encargado de la tienda.
Desde que empezó la carrera inflacionista los hurtos han aumentado. El año pasado supusieron para los comercios 800 millones de euros de pérdidas. “Acabamos de terminar el verano y ha supuesto casi un 25% de incremento de hurtos respecto al verano de 2022”, explica Carlos Cruz, director de ventas de CheckPoint System España.
La alimentación representa el 40 por ciento de los hurtos en supermercados, encabezada por el aceite, “como ya es un producto de lujo intentan más robarnos”, afirma una trabajadora.
Además, a los pequeños hurtos por impulso, se suman los robos de profesionales. En una carrera contrarreloj, los supermercados intentan proteger los productos más codiciados por los ladrones con cajas de metacrilato, collarines para las botellas o etiquetas con alarma.