El euríbor da un respiro a los hipotecados y apunta a una pausa tras 19 meses de escalada
El euríbor apunta a cerrar agosto en una media de en torno al 4,072% , lo que supone el primer descenso tras la escala hasta el 4,14% del pasado julio
El euríbor rompe la tendencia alcista en la media mensual y cierra agosto con un leve descenso
La predicción del economista Santiago Niño Becerra sobre los tipos de interés en las hipotecas durante 2024
El euríbor apunta a que el cierre de agosto será en torno al 4,072%, lo que supone la primera caída tras 20 meses de escalada, haciendo la vida imposible a los hipotecados. Los expertos no hablan todavía de una caída, pero al menos una tregua.
El índice más utilizado para referenciar las hipotecas variables en España ha cerrado agosto en el 4,072% de media, bastante lejos del 4,149% de julio, lo que supone la primera caída intermensual cuando en diciembre de 2021, cuando pasó del -0,502% a un espiral alcista que se ha mantenido casi ininterrumpidamente hasta ahora.
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A falta de un día para que termine el mes de agosto, el niveldel euríbor estará por debajo de la tasa mensual registrada en julio del 4,149% que supuso su nivel más alto desde 2008. Sin embargo, se mantendrá elevado en comparación con agosto de 2022, cuando el índice se situó en el 1,249%. Por lo que sí, el índice está dando una tregua, pero que todavía no será perceptible entre los millones de hipotecados.
Cómo afectará a los hipotecados la bajada del euríbor
En España, con unas cinco millones de hipotecas para la compra de vivienda, de las que 3,7 millones son a tipo variable ligadas al euríbor, será un respiro, porque por el momento las cuotas aumentarán, pero no con la brusquedad que lo han hecho en meses anteriores.
Para una familia que tenga contratada una hipoteca variable de 150.000 euros a 30 años y con un diferencial del 0,99% más Euríbor y deba revisar su tipo de interés en el mes de agosto, registre un aumento de su cuota hipotecaria de unos 238 euros al mes, frente a la subida de 265 euros que se registraba en julio.
De esta forma, su cuota hipotecaria pasaría en agosto de unos 572 euros a unos 810 euros por mes. El director de hipotecas del comparador iAhorro, Simone Colombelli, se muestra cauto, ya que recuerda que agosto es, históricamente, un mes de bajadas porque se paraliza todo. "Lo más probable es que volvamos a ver más repuntes del Euríbor a partir de septiembre. Yo no diría que lo que estamos viendo es una tendencia a la baja como tal, sino una pequeña estacionalidad en los datos", apunta el experto.
De esta forma, el comparador indica que en agosto el Euríbor tiende a la baja o a registrar mínimos aumentos o descensos que no son "significativos" para el mercado. Colombelli recuerda que durante el pasado año 2022, en agosto el índice se situó en un 1,249%, tan solo dos décimas y media por encima del dato de julio (0,992%), "que puede parecer una buena subida, pero al compararla con el aumento tan drástico registrado en septiembre, de casi un punto porcentual, hasta el 2,233%, se podría decir que fue mínima".
El BCE tendrá la útima palabra sobre el euríbor
El especialista en hipotecas de HelpMyCash, Miquel Riera, explica que la ligera bajada en agosto refleja que las entidades están aplicando unos intereses más reducidos sobre sus préstamos interbancarios porque prevén que el BCE dejará de aumentar sus tipos a medio plazo.
"Es decir, que adaptan sus precios a la pausa que esperan que se produzca dentro de los próximos 12 meses", añade. Este comparador también ve probable que el BCE aplique una nueva subida de tipos en septiembre u octubre con el fin de contener la inflación, por lo que el Euríbor podría seguir cotizando ligeramente al alza en los próximos meses y que se estabilizará en torno al 4% y el 4,5% antes de que acabe el año; por debajo, sin embargo, del tipo de interés aplicado por el BCE.
No obstante, desde el comparador no descartan que el BCE pueda pausar ya las subidas de tipos, tal y como vaticinan varios actores del mercado financiero. Ahora bien, para que eso suceda, HelpMyCash cree que deberían darse dos condicionantes: que la inflación de la eurozona baje a un mayor ritmo del esperado en agosto o septiembre y que la economía del continente se encuentre al borde de la recesión en el tercer trimestre.