Si buscas opciones para mejorar las condiciones de tu préstamo bancario a raíz de la subida de los tipos de interés, conoces las opciones de subrogar o novar la hipoteca. No obstante, existe una tercera opción en caso de no poder hacer frente a las cuotas y es la de cancelar la hipoteca.
Sin embargo, ¿este cambio realmente compensa? En el caso de subrogar, se lleva la hipoteca a otro banco, mejorando sus condiciones. Por ejemplo, se puede mejorar el tipo de interés o cambiar el tipo de hipoteca.
El proceso de una cancelación consiste en firmar una nueva hipoteca y usar el dinero para cancelar la antigua. Como la hipoteca es nueva, puedes cambiar y ajustar todo lo que quieras, desde los productos bonificados hasta el tipo de hipoteca.
Ahora bien, ambas operaciones tienen unos gastos de gestión, por lo que es importante saber cuál opción es más rentable en caso de que quieras mejorar las condiciones de la hipoteca.
La ventaja de la cancelación es que puedes hacer una hipoteca a medida, mientras que con la subrogación hay cosas que no puedes hacer, como ampliar el dinero del préstamo. A partir de ahí la gran diferencia entre subrogar o cancelar la hipoteca reside en el coste del trámite.
En una subrogación tienes que pagar:
En una cancelación de hipoteca y firma del nuevo préstamo tienes que pagar:
En términos generales, cambiar la hipoteca de banco es más económico que cancelarla y abrir una nueva. Ahora bien, no todas las entidades permiten subrogarse a ellas, por lo que, si quieres optar a su oferta hipotecaria, debes asumir que tienes que cancelar la hipoteca actual para formalizar una nueva en la entidad que deseas.