Los hoteles españoles registraron el pasado mes de julio, en plena temporada alta estival, 43,15 millones de pernoctaciones. Aunque la cifra es mayor de la que se alcanzó el pasado año, no logra igualar la de julio de 2019, el ejercicio previo a la pandemia. En el verano que el sector turístico sueña con dejar definitivamente atrás los efectos de la crisis sanitaria y de las convulsiones geopolíticas y marcar nuevos récords, las estancias en hoteles rozan los niveles de hace cuatro años, pero se quedan un 0,1% por ciento por debajo, con 43.000 pernoctaciones menos de las que se registraron entonces.
Y eso que el número de viajeros que se alojaron en los establecimientos hoteleros el mes pasado fue más elevado que el del mismo periodo de hace cuatro años. En total, se contabilizaron 12,66 millones, casi 540.000 más que entonces. Supone un incremento del 4,4%, según los datos de la estadística de Coyuntura turística hotelera, publicados este miércoles por el INE.
Así que el descenso en el número de pernoctaciones se explica por el recorte en la estancia media de los visitantes. Este julio se situó en las 3,41 pernoctaciones por viajero, un 4,2% menos de las 3,56 que se produjeron antes de la pandemia. La reducción más importante se ha producido en los hoteles de tres estrellas, donde ha llegado a caer un 6,5%. Un retroceso similar al que se ha observado en los hostales de menor categoría.
Los establecimientos más caros, los de cuatro y cinco estrellas, han registrado una disminución de las estancias medias del 4,1% y 3,8%, respectivamente.
El recorte en las estancias medias de los viajeros, que también han sido un 0,6% inferiores a las que se produjeron en 2022, puede estar relacionado con el aumento de los precios hoteleros en un contexto de menor capacidad adquisitiva de los hogares por el efecto de la inflación y de las subidas de los tipos de interés. Aunque las subidas se han moderado significativamente respecto a las del pasado año, el Índice de Precios Hoteleros muestra que estos crecieron un 6,2% interanual, más del doble que el IPC. LA tarifa media diaria se ha situado en los 128,8 euros.
Que las pernoctaciones hoteleras no hayan alcanzado aun los niveles que marcaron en el verano previo al covid se debe a la incompleta recuperación de las estancias de los viajeros no residentes en España. Estas se quedaron el mes pasado en los 27,7 millones, 550.000 por debajo de las de entonces.
En cambio, las realizadas por los residentes en España superan de largo, en más de medio millón las de julio del 2019. Los 15,37 millones de estancias de clientes domésticos suponen una tercera parte de todas las contabilizadas en julio.
Sin embargo, la tendencia respecto al verano pasado está siendo diferente por lo que respecta a unos y otros viajeros. Las pernoctaciones de los residentes en territorio nacional han caído casi un 1,5% mientras que las de los internacionales han aumentado un 4,7% internanual.
A pesar del incremento registrado en comparación con el verano pasado, las cifras de pernoctaciones del pasado mes de julio confirman que los principales clientes del turismo español no están apostando actualmente por visitar el país como lo hacían antes de pandemia.
Así, aunque las estancias de los británicos y los alemanes fueron las más numerosas -7 millones los primeros y 4,5, los segundos- y representaron un 25% y un 16% de todas las realizadas por no residentes, siguen alejadas de las que se apuntaron los hoteles en la temporada estival del 2019. Las de los procedentes de Reino Unido se han quedado un 2% por debajo y, en el caso de los alemanes, la brecha con las estancias previas a la pandemia se agranda hasta el 8%.
Por detrás, los franceses, neerlandeses e italianos han sido los viajeros que mayor número de pernoctaciones realizaron el mes pasado. De ellos, destaca el aumento de estancias de los ciudadanos galos, un 8% más que en julio de hace cuatro años, y, sobre todo, de los visitantes de Países Bajos, cuyas pernoctaciones han crecido casi un 12,3%. Las de los viajeros provenientes de Italia, en cambio, son aun un 4% inferiores.
Es especialmente significativo también que ninguno de los países nórdicos haya recuperado aun el número de estancias hoteleras previas a la pandemia (en el caso de Suecia, fueron hasta un 37% inferiores; y cayeron un 29% entre los procedentes de Finlandia).
Muy lejos de los números de hace cuatro años están aun también las pernoctaciones de los viajeros procedentes de Japón, que en julio se quedaron en las 47.000, menos de la mitad que entonces a pesar de la eliminación de las restricciones a los viajes.
La buena noticia, por lo que respecta a las estancias de extranjeros, llega de Estados Unidos. Se trata de un turista que tradicionalmente muestra un elevado nivel de gasto y cuyas pernoctaciones se han incrementado un 7,3% con respecto al julio prepandemia y se sitúan ya en los 1,1 millones. También las estancias en establecimientos hoteleros de viajeros de Suiza han crecido un 16,8% y rozan las 682.000.
La recuperación de las pernoctaciones hoteleras durante el verano está siendo muy poco homogénea por lo que respecta al territorio. Apenas en la mitad de las comunidades autónomas se ha logrado superar el número de estancias de viajeros que se contabilizaron en julio de 2019, pero en la mayoría de los casos no coincide con aquellas que suman más visitas de turistas.
Así, de las que registran mayor número de pernoctaciones, solo Baleares supera las registradas antes de la pandemia. En Andalucía, Canarias, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid las cifras se quedaron por debajo. Especialmente, en estas dos últimas regiones, donde fueron un 3,4% y 2,7% inferiores a las de entonces.
Destaca, además, que siete de las ocho comunidades que presentan cifras superiores a las de julio de 2019 se encuentran en el norte peninsular. El mayor crecimiento se ha producido en Galicia, Asturias y País Vasco. En este último destino las estancias hoteleras han llegado a incrementarse un 14%.