Los bancos de alimentos, las ONG y las parroquias no pueden cerrar por vacaciones porque cientos de familias dependen de su solidaridad. Las colas para recoger comida no disminuyen estos meses y, por eso, desde las asociaciones vuelven a pedir que no nos olvidemos de ellos y que sigamos donando para llenar estas estanterías, ahora, vacías.
Llega el verano y los comedores sociales no dan abasto. "Hay un incremento masivo de gente pidiendo ayuda", explica Jaime Serra, presidente del Banco de Alimentos de Valencia. Los bancos de alimentos sufren la falta de donaciones durante estos meses.
"Las vacaciones son las 'vacas flacas' para nosotros. Hace falta materia prima y en medios económicos también estamos apretados", comenta Manuel Chávez, portavoz de la ONG Ángeles de la noche. A las estanterías vacías se suman los problemas para pagar las facturas.
"No podemos tirar con lo que pagamos de gasoil, lo que pagamos de luz, de agua...", precisa Rosario Uriarte, voluntaria de la ONG citada anteriormente. Además, el cierre de algunas asociaciones en estas fechas ahoga a las que están abiertas.
"Incrementa un poco el número de acogidos. Algunos que normalmente no vendrían, solicitan los servicios aquí", comenta otra voluntaria. Ángel sigue montando los lotes -"aceite de oliva, tomate frito, pasta..."- y los lleva a los domicilios. Su solidaridad no se va de vacaciones.