Azúcar, aceite de oliva y lácteos, donde menos se nota la moderación de precios de los alimentos
Cristina Montalvo
El azúcar mantiene incrementos del 45% respecto al pasado año, y el aceite de oliva, del 31%
El precio de la fruta fresca cae en comparación interanual por primera vez en 20 meses
El IPC de los alimentos se ha situado en el 10,3% en junio, el nivel más bajo desde la primavera de 2022
Dos terceras partes de los productos monitorizados por el INE suben aun por encima de la tasa de la alimentación
Todos los ojos permanecen pendientes dese hace meses de la evolución de los precios de la alimentación. Tanto por su importancia en la economía de los hogares, como por ser el único grupo de los productos y servicios de la cesta de la compra que sigue mostrando las tasas de inflación más elevadas.
El pasado mes de junio, el IPC de la alimentación y las bebidas no alcohólicas se redujo 1,7 puntos respecto al registrado el mes anterior hasta situarse en el 10,3%. Es el nivel más bajo desde la primavera del pasado año, pero, aun así, marca un ritmo de crecimiento de los precios más de cinco veces por encima que el de la tasa general, que se quedó en el 1,9%.
A pesar de que la inflación de los alimentos está disminuyendo desde que alcanzara su máximo en el mes de febrero, todavía dos terceras partes del medio centenar de productos que monitoriza el INE, muestran subidas interanuales superiores a ese 10%.
Si se observa los incrementos acumulados en la primera parte del año, el IPC de los alimentos se queda en el 4,4%, ya por debajo de las subidas que reflejan otros grupos como el de Comunicaciones (4,8%) o el de Restaurantes y Hoteles (que se han encarecido un 4,6% en los seis primeros meses),
De esos casi 50 productos alimentarios que están incluidos en la cesta de la compra que vigila Estadística, tan solo dos son los que presentan en junio caídas con respecto a los precios del mismo mes del año pasado: la fruta fresca y los aceites comestibles diferentes al de oliva.
En el caso de la fruta, está un 4,2% por debajo de entonces y es la primera vez en 20 meses que muestra caídas interanuales. Esta evolución se debe a un descenso de los precios energéticos y, sobre todo, a un aumento de la oferta respecto al año pasado. En la zona nordeste, donde se produce buena parte de la fruta de hueso de verano han vuelto a recoger cosechas de las dimensiones habituales después de que la de 2022 estuviera muy mermada a causa de las heladas que se habían registrado en primavera. Esto junto a un descenso del consumo (especialmente significativo en frutas como las paraguayas) ha contribuido a restar tensión a los precios. "A pesar de esto, y de lo que pueda incidir el aumento de la producción en los precios, lo que nosotros seguimos viendo es una diferencia muy grande desde el origen hasta que llega al consumidor en el supermercado", señala Óscar Moret, agricultor y responsable de fruta de UAGA-COAG.
Por lo que respecta a los aceites, fundamentalmente el de girasol, hay que recordar que en la primavera de 2022 se encareció mucho por el impacto de la guerra de Ucrania (uno de sus principales productores). Desde abril los precios son más bajos que un año antes y ahora muestra un descenso del 34%.
El azúcar mantiene las subidas cercanas al 50%
Frente a estas únicas dos referencias con variaciones negativas, hay un importante grupo de alimentos que todavía mantiene subidas muy por encima la inflación media del grupo de la alimentación.
El azúcar es el producto que muestra un mayor incremento, casi del 45% con respecto al año pasado. Esta subida de los precios, que lleva en niveles similares desde el pasado mes de octubre, se debe a una reducción de la oferta por sucesivas malas campañas en toda Europa provocada por la sequía y por un descenso de la producción a causa de una caída de la rentabilidad.
El aceite de oliva ha registrado en junio un encarecimiento interanual del 31%. También en este caso las subidas vienen de atrás, ya que los primeros incrementos por encima del 25% se produjeron en agosto de 2021. Al igual que en el caso del azúcar, dos años de recortes de la producción por la sequía explican la subida de los precios, que no tiene visos de revertirse en el corto plazo.
El tercer producto con tasas de inflación más elevadas el mes pasado fueron las patatas, que alcanzaron el 27,5%. Es el resultado, señala Alberto Duque, productor y expresidente de COAG en Valladolid, de esa “tormenta perfecta” provocada por la subida de la energía y, especialmente este año, de los abonos, que se han llegado a incrementar más de un 350%. “Aun así, los precios para los consumidores ahora tenían que estar hasta 30 céntimos más baratas que hace un mes, porque se la distribución ha llevado a cabo una importación masiva de patatas de Egipto, que han venido a suavizar los precios del mercado español. Por desgracia, ese descenso solo ha repercutido en el bolsillo de los agricultores, los intermediarios se han beneficiado y mientras los consumidores no han notado nada en absoluto”.
Además, el arroz, marca subidas cercanas al 22%, y la leche y sus derivados siguen con fuertes incrementos, principalmente producidos por el aumento de los precios de la comida de los animales a causa de la sequía y del encarecimiento de los piensos. El precio de la leche entera y de la mantequilla está un 20% más elevado que en junio del pasado año.
El efecto de la reducción del IVA
La evolución de los precios de la alimentación durante el primer semestre ha estado condicionada también por la rebaja del IVA a los productos básicos de la cesta de la compra, que el Gobierno puso en marcha a comienzos de este año y que acaba de ser prorrogada hasta finales de 2023.
Los alimentos de primera necesidad (pan, harinas panificables, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales) mantendrán hasta entonces un IVA al 0%. Por su parte, las pastas y los aceites seguirán también un semestre más con la reducción del 10% al 5%.
Eliminando ese efecto de la rebaja fiscal, que según el Ejecutivo permitirá a las familias ahorrarse hasta 1.320 millones a lo largo de este año, la inflación de los alimentos se habría situado en junio en el 11,7%, casi un punto y medio por encima del dato oficial.
Esta medida se mantendrá hasta final de año a no ser que la tasa de inflación subyacente caiga por debajo del 5,5% (en junio se ha situado en el 5,9%). Si eso sucede en el mes de septiembre, los tipos habituales de IVA para esos productos básicos de la alimentación se recuperarían desde noviembre.