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Los empresarios españoles no veían con tan buenos ojos la futura marcha de sus negocios desde hace más de cuatro años. A pesar de la coyuntura económica, con la inflación y la subida de los tipos de interés presionando los presupuestos familiares, las expectativas de los gestores de las compañías para este verano se han situado en el nivel más alto desde el segundo trimestre de 2019.
Así lo indica el dato de expectativas del Índice de confianza empresarial, publicado este martes por el INE, y que se sitúa en el 5,2. Es más elevado que el del segundo trimestre de este año, cuando entró en terreno positivo por primera vez desde el estallido de la pandemia.
Ese dato es la diferencia entre los establecimientos que se muestran optimistas sobre la evolución de su actividad empresarial entre julio y septiembre, y los que opinan que esta será desfavorable. Los primeros suponen el 22,2% del total (la cifra más alta para cualquier trimestre desde el verano de 2018) y los segundos, los pesimistas, representan el 17%. El resto, el 60,8% de los empresarios consultados por el INE, considera que la marcha de su negocio será normal.
Esta mejora de las expectativas para el trimestre entrante explica que el índice de confianza empresarial (que combina esta visión para los próximos meses con la percepción de la situación actual) suba un 2,6% respecto al registrado la pasada primavera.
Las empresas de hostelería y transporte son las que expresan mayor confianza en que la actividad sea favorable en los próximos meses, coincidiendo con el periodo de la temporada alta turística. En estos sectores, el balance entre los optimistas sobre el desarrollo del verano (el 28% del total) y los pesimistas (el 19,3%) es del 8,7.
En el otro extremo se sitúan los gestores de empresas de comercio, donde quienes apuestan porque la marcha de los negocios será buena (el 21%) es casi el mismo que el de los que esperan una evolución desfavorable (19,4%).
Además, destaca la opinión de los empresarios industriales, entre los que solo dos de cada diez (el 20%) se muestra optimista respecto a la tendencia de la actividad en el tercer trimestre.
Por el tamaño de los negocios, esa diferencia entre quienes tiene una visión entusiasta y los que esperan una evolución desfavorable, es especialmente positiva en el caso de las empresas de más de mil empleados, ya que solo un 8% de las encuestadas de esas características se muestra pesimista respecto a los próximos meses. En cambio, los gestores de pequeñas compañías de menos de 10 asalariados -que suponen más del 95% de las que existen en España-, tienen perspectivas mucho menos halagüeñas. Es el único sector en el que quienes creen que la marcha de los negocios será mala (23%) supera a los que opinan lo contrario (el 18%).
Atendiendo a los territorios, queda claro que es la actividad económica relacionada con el turismo la que dispara las expectativas sobre la actividad empresarial para los próximos meses. Así, Baleares y Canarias son las que consiguen las cifras más elevadas (16,5 y 10,7, respectivamente), mientras que la Región de Murcia (-2,9) y Extremadura (-0,9) marcan las previsiones más bajas.
En esas regiones con mayor actividad turística, el porcentaje de los empresarios que se muestran optimistas es casi el doble que en las que presentan expectativas negativas.
Las opiniones de los gestores empresariales sobre la evolución de los precios en sus negocios apuntan a que la crisis inflacionista de los dos últimos años estaría conteniéndose, en línea con la tendencia marcada por el IPC. El 14% de los empresarios señala que prevé subir los precios en el tercer trimestre, lo que supone el menor porcentaje desde el verano de 2021. Ocho de cada diez opinan que los precios se van a mantener en los niveles actuales y un 5,5% creen que van a bajar.
Esta tendencia es más acusada en el sector industrial, donde solo el 10% de las compañías prevé incrementos y casi un 7% prevé que disminuciones de los precios.
Respecto a la evolución del empleo, casi ocho de cada diez empresas opina que se van a mantener las plantillas en los meses de verano (el 77,5%), frente a casi el 13% que apuesta por aumentarlas y cerca del 10% que dice que las reducirá. El balance de expectativas entre todas estas opiniones se queda en el 3,1, algo más bajo que el que se registraba en el trimestre anterior. En este caso, las perspectivas más negativas se registran en la construcción con un empate entre quienes opinan que el empleo aumentará y quienes dicen que se reducirá (10,1%)
Precisamente, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ya consideraba “preocupante” la desaceleración del empleo que se registró durante el mes de junio y reclamaba al Ejecutivo un “clima de confianza” para estimular la inversión y avanzar en el aumento de las afiliaciones. Por su parte, la Asociación de Trabajadores Autónomos, señalaba en su último barómetro, publicado este lunes, que el 67% de los autónomos espera poder mantener su plantilla en el segundo semestre de 2023 y un 6,1%, incluso, considera que va a contratar nuevos trabajadores.