Sumar lo ha vuelto a hacer. El partido liderado por Yolanda Díaz ha marcado el debate económico de las últimas horas con su propuesta de herencia universal para todos los jóvenes: 20.000 euros que se recibirían al cumplir los 23 años. A día 1 de enero había 508.045 personas en España a punto de cumplir esta edad. El coste de la medida rondaría los 10.000 millones de euros anuales. Un dinero que, según explican en Sumar, vendría del rediseño del impuesto a las grandes fortunas.
"El grave problema que tenemos en España es la falta de oportunidades para los jóvenes", defendía Díaz en una entrevista en TV1. "No puedo opinar sobre algo que desconozco", respondía Pedro Sánchez en Telecinco cuando le preguntaban. La vicepresidenta económica ya se había encargado de criticar la idea al dejar caer que no era "responsable". El líder de los populares había hablado de "broma" y de búsqueda de "compra" de votos.
Es la primera vez que esta propuesta de herencia universal, que lleva años analizándose en el terreno académico, da el salto al terreno político en nuestro país. Algunos creen que está verde y hablan de precipitación en el equipo de Díaz. "La idea no está madura en ningún sitio y es más un tema de academia, de análisis y no de agenda política electoral", opina un economista.
"Es complejo porque estamos hablando de una política que no se ha hecho nunca", admite otro experto. "Pero el debate de fondo es que hay que buscar soluciones innovadoras porque las tendencias son claras: está aumentando la desigualdad de la riqueza, la desigualdad intergeneracional, la desigualdad del impacto tecnológico..."
Los teóricos defienden que así es más sencillo de implantar y tramitar. "Tiene que ser universal porque sino entramos en los problemas del IMV (Ingreso Mínimo Vital) para una medida que, además, no tiene como objetivo la lucha contra la pobreza. Para eso ya tenemos otras políticas", argumenta José Antonio Noguera, profesor de sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona. "Esto tiene que ver con dar capital para tratar de igualar oportunidades y promover políticas para jóvenes porque no tienen ningún tipo de apoyo".
Es cierto que la herencia la cobrarían también los jóvenes de familias con rentas más altas, pero el origen del dinero vendría de sus propias herencias. "El hijo de la persona más rica de España heredaría menos. Y cerca del 90% más pobre sale ganando con la medida", sostiene Noguera.
Muchas ayudas del estado de bienestar que se financian con impuestos no discriminan entre rentas, argumentan desde Sumar. La sanidad y la educación pública o las pensiones son también universales.
En total, hay cerca de seis millones de personas con edades comprendidas entre 18 y 23 años. La herencia se recibiría al cumplir 23 y estaría condicionada a un proyecto de emprendimiento, formación o adquisición de una vivienda.
Los expertos dudan sobre la necesidad de imponer condiciones para recibir esta herencia. "Además le añade una burocracia innecesaria", apunta un analista que también admite que el proceso de acompañamiento al joven sería una forma de evitar las críticas desde el punto de vista moral. ¿Qué pensarían los detractores si el dinero se gasta en pasárselo bien?
El Reino Unido es el caso más cercano y terminó eliminando la medida cuando llegó la época de ajustes. No era exactamente igual a la herencia universal que plantea Sumar.
Para reducir la desigualdad, el Gobierno laborista de Tony Blair dotó con un fondo a cada niño nacido. El dinero iría generando intereses y se cobraría al cumplir los 18 años de edad. La medida funcionó entre 2005 y 2011. El conservador David Cameron la eliminó.
Justo este año empezarán a cobrar los primeros cheques los que nacieron en 2005 porque cumplen la mayoría de edad. Podría ser lo que los economistas llaman "un experimento natural" para analizar los efectos de la medida. Para conocer los resultados todavía tendrían que pasar más años.
Los expertos citan un par de casos parecidos a la herencia universal en Hungría y en el estado de Connecticut (EEUU).
Aunque hay pocas posibilidades de que la medida salga adelante (PSOE y Sumar tendrían que conseguir votos suficientes para gobernar y los de Díaz tendrían luego que convencer a los socialistas), los economistas valoran que se haya abierto este debate. "Hay que hacer algo con la enorme desigualdad de riqueza que no es merecida, sino que viene determinada por las herencias", opina Noguera.
Hay varios indicadores para medir esta concentración y España no es de los peores. El 10% más rico concentra cerca de la mitad de toda la riqueza del país. En Alemania ese porcentaje se eleva al 60%. En EEUU, al 79%.
¿Por qué existe esta concentración y de donde viene? Se calcula que las herencias y el estatus de la familia determinan la mitad de la desigualdad en la distribución de la riqueza en España, un porcentaje en línea con otros países.
"La desigualdad intergeneracional de la riqueza es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la sociedad europea. En la desigualdad de la riqueza, las herencias juegan un papel cada vez más crucial", destacaba el informe de Prospectiva 'España 2050'. Este análisis ya apuntaba a la herencia universal para frenar esta evolución. "Ahora mismo puede sonar utópico, pero es posible que en las próximas décadas se haga realidad en algunos países. España debería, por tanto, explorar esta posibilidad".
España todavía no ha superado el debate sobre los impuestos de sucesiones y donaciones. De hecho, existe una competencia entre regiones --liderada por la Comunidad de Madrid-- para reducir estos tributos. El impuesto temporal a las grandes fortunas pretender recaudar 1.500 millones al año. La herencia universal requeriría 10.000 millones. Haría falta un verdadero ajuste.
"Creo que está empezando a calar la necesidad del impuesto a las grandes fortunas y creo que darle una finalidad --como reducir la desigualdad-- lo podría legitimar más", opina un economista. "Se podría diseñar de tal manera que el peso de la recaudación recayera, principalmente, en el 1% más rico".
El famoso economista francés Thomas Piketty es uno de los nombres propios asociados a la idea de herencia universal. "Es un recién llegado a esto. Ya en los años setenta lo propuso Anthony Atkinson", apunta Noguera.
Incluso algunos de los que ven con buenos ojos la iniciativa le ponen sus pegas. "Proveer a la gente trabajadora de una educación pública de calidad, de unas transferencias sociales que eviten su pobreza y garanticen su acceso a los servicios públicos me parece más prioritario", opina Lídia Brun, investigadora en American University. "La herencia universal tiene potencial, pero no se puede pensar que vaya a conseguir igualar las oportunidades de los jóvenes".