Por cuestión de unas pocas horas, la vicepresidenta Nadia Calviño no ha podido presumir delante de decenas de periodistas económicos de la revisión al alza del crecimiento llevada a cabo por el Banco de España. El organismo supervisor es ahora incluso más optimista que el propio Gobierno. ¿Qué mejor prueba que esa para ensalzar los resultados de la política económica del ministerio?

Hablaba Calviño de “determinación y eficacia”, “de recoger los frutos del impulso”, “de culminar los procesos” para más tarde añadir: “Nuestra política funciona. Los datos son incontestables”, aseguraba.

La Real Academia de la Lengua habría zanjado ya el debate. Algo incontestable no se puede “ni impugnar ni dudar con fundamento”. Pero no… Faltaban más datos de esos en la primera jornada del 40 curso de la APIE en Santander.

“Es un dato incontestable que España es líder de desempleo en Europa. Que no estamos aprovechando los fondos europeos…”, sostenía por la tarde Juan Bravo, la cara más visible –de momento—de la política PP.

Los políticos tienden a quedarse con los que más les gustan. Por ejemplo: Bravo decía que la deuda pública ha subido mucho en España: tenemos 1,5 billones de euros de deuda, recordaba utilizando un tono en plan porelamorhermoso. “31.600 euros por español”, según el cálculo que nos ha hecho el popular.

“A todos nos tiene que pasar factura guerra de Ucrania, pero el país que más se ha endeudado es España”, sostenía. ¿Solo la guerra? ¿Y no hablamos del impacto de la pandemia? No debe ser incontestable.

Por no mencionar la llamada “inflación acumulada del 14%”. Un indicador nuevo que no utiliza nadie ni reconoce nadie (Nadia, tampoco) excepto en el PP. El real, el último del INE, un IPC del 3,2% no debe ser suficiente para optar a incontestable.

Pero el Gobierno también recurre a ese mismo truco cuando asegura que el BdE “destaca la importante contribución de la política económica del Gobierno”, al crecimiento económico. No cuenta que gran parte de esa revisión al alza es fruto de un efecto arrastre de un factor del año pasado y no tanto un reflejo del momento actual. No está nada claro qué factura pasará la fuerte subida de tipos a la economía.

Calviño también alardeaba de que gracias a la llegada de los fondos europeos, “las empresas “están invirtiendo más”. Y justo hace una semana, BBVA Research decía que no observaba este efecto todavía.

Habrá datos incontestables para todos los gustos y por eso más que comprar a kilos, los partidos prefieren un picadito.