España es el segundo país de la Unión Europea (UE) que más productos falsificados compra de forma intencionada, tan solo por detrás de Bulgaria, según un estudio de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO).
En concreto, la proporción de consumidores que han comprado intencionadamente falsificaciones oscila entre el 24% de Bulgaria y el 8% de Finlandia. Aparte de Bulgaria, la adquisición intencionada de falsificaciones se sitúa por encima de la media europea en España (20%), Irlanda (19%), Luxemburgo (19%) y Rumanía (18%).
Así lo revela un nuevo estudio sobre la percepción de la ciudadanía europea acerca de la propiedad intelectual, publicado este lunes por la oficina europea con sede en Alicante, según ha informado la EUIPO en un comunicado.
La investigación muestra que el 20% de los españoles han comprado productos falsificados de forma intencionada en los últimos doce meses, el segundo país con una media más alta en la UE, solo por detrás de Bulgaria (24%). De esta forma, España se encuentra por encima de la media europea, que asciende al 13% de personas que dice haber comprado falsificaciones intencionadamente.
El estudio también muestra que los europeos son cada vez más conscientes de los riesgos y las consecuencias que supone adquirir productos falsificados y acceder a contenidos pirateados. En concreto, el 80% de los europeos cree que detrás de las falsificaciones hay organizaciones criminales y considera que la compra de estos productos arruina a las empresas y destruye empleos.
En la misma línea, el 83% de los encuestados también cree que este tipo de compras respalda un comportamiento "poco ético", y dos tercios lo consideran una "amenaza" para la salud, la seguridad y el medio ambiente.
En lo que respecta a la piratería, el 82% de los europeos está de acuerdo en que acceder a contenidos digitales a través de fuentes ilegales puede conllevar prácticas perjudiciales, como estafas o contenidos inadecuados para menores.
Sin embargo, la investigación también pone de manifiesto que 1 de cada 3 europeos (el 31%) considera aceptable comprar productos falsificados cuando el precio del original es elevado. Esta cifra asciende a la mitad (50%) en el caso de los consumidores más jóvenes, de entre 15 y 24 años.
Entre las razones más mencionadas para dejar de comprar falsificaciones, la principal es que los productos originales tengan un precio más bajo, con un 43% de las opiniones. Asimismo, el riesgo de experiencias negativas (productos de mala calidad para el 27% de las personas, riesgos de seguridad para el 25% y sanciones para el 21%) también es un factor clave para que los consumidores dejen de comprar falsificaciones.
Por otra parte, la incertidumbre respecto a la autenticidad también va en aumento. En este sentido, casi cuatro de cada diez europeos (39%) se han preguntado alguna vez si han comprado un producto falsificado, mientras que la mitad de los jóvenes (52%) afirma lo mismo.
Las diferencias entre Estados miembros también son significativas y, mientras que en torno a una cuarta parte de los consumidores de Dinamarca y los Países Bajos (26%) no estaban seguros de si lo que compraban era auténtico o no, esta cifra se eleva hasta el 72% en Rumanía.
Asimismo, los europeos también tienen dudas sobre la legalidad de las fuentes que utilizan para ver contenidos online. A este respecto, el 41% se pregunta si la fuente a través de la que accedió era legal o no.
El director ejecutivo de la EUIPO, Christian Archambeau, ha resaltado que conocer las percepciones de la ciudadanía "ayuda a entablar un debate útil tanto con los consumidores como con las partes interesadas", en el marco de sus actividades de concienciación y divulgación.
"El estudio aporta nuevas perspectivas sobre cómo se percibe la vulneración de los derechos de propiedad intelectual y pone de relieve, una vez más, la necesidad de apoyar y proteger a los consumidores. También confirma los avances positivos respecto a la concienciación y la disponibilidad de contenidos digitales de fuentes legales", ha sostenido.
Por otro lado, la Asociación para Defensa de la Marca (Andema) y la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), ha calificado de "preocupantes" los datos del informe y han reclamado la necesidad de construir, "desde la educación, una sociedad de consumidores responsables y sensibles ante los perjuicios y peligros" que provocan los productos falsificados.
"Los datos son preocupantes porque van en aumento en los últimos años. Si, además, nos fijamos sólo en la franja de edad de 15 a 24 años, la EUIPO destacaba, en un estudio de hace justo un año, que el 49% de los españoles reconocían haber comprado a propósito falsificaciones. Este año, de nuevo estamos por encima de la media europea que se sitúa en un 13%", ha advertido el director general de Andema, Gerard Guiu.
De acuerdo con el informe, el 80% de los españoles son conscientes de los perjuicios que provocan las falsificaciones para la economía y para la seguridad de los consumidores.
"En este sentido parece que estamos logrando, poco a poco, que la ciudadanía sepa lo que se esconde detrás de las falsificaciones, pero no deja de haber un porcentaje de la población que opta de forma consciente por adquirir estos productos. Si no hay demanda, se termina la oferta", ha señalado.
Por su parte, la directora general de Stanpa, Val Díez, ha indicado que la "problemática de las falsificaciones no se limita al daño a una marca, como podría parecer, sino que tiene un grave impacto económico, social y de salud".
En el caso de los perfumes y cosméticos, productos que están durante horas en contacto con la piel, la directora técnica de Stanpa, Pilar García, ha alertado de que "los perfumes falsificados son un fraude, tienen una composición muy distinta a los originales e incluyen disolventes industriales, componentes tóxicos o prohibidos, algo que es muy grave para la salud de la piel".