Baterías virtuales para aumentar el ahorro con autoconsumo fotovoltaico: ¿Cómo funcionan y cuándo merecen la pena?

  • Las llamadas baterías virtuales actúan como huchas en las que los clientes pueden acumular el importe generado por los excedentes de sus placas solares

  • Ese ahorro puede ser empleado para compensar facturas de electricidad en otras viviendas o en meses diferentes a los que se produjeron los excedentes

  • En 2022 se duplicó la potencia instalada de energía solar en instalaciones de autoconsumo, según la Unión Española Fotovoltaica

La fuerte apuesta por las renovables en el Plan de Recuperación para acelerar la transición energética y la diversificación de suministros ha dado un impulso tan importante al autoconsumo de energía solar que la potencia instalada en 2022 llegó a duplicar la que se había puesto en marcha el año anterior. De los 2.507 megavatios que se sumaron el pasado ejercicio en autoconsumo, una tercera parte lo hicieron en viviendas, según los datos ofrecidos por la Unión Española Fotovoltaica. En total, con el crecimiento registrado se superaron los 5 gigavatios de potencia instalada acumulada de esta tecnología.

Los elevados precios de la energía registrados a lo largo de 2022 y las ayudas previstas en los fondos europeos para la colocación de placas solares ha supuesto la combinación perfecta para que muchas familias hayan decido incorporar instalaciones fotovoltaicas en sus hogares. Con ellas, según los expertos, se puede llegar a generar un ahorro en la factura eléctrica del entorno del 35% - 40%.

Se consigue combinando el menor consumo de energía proveniente de la red y la compensación de los excedentes, es decir, la 'venta' a la comercializadora de la energía que se genera en un determinado momento y no se consume. Una situación que ocurre, generalmente, cuando las horas de mayor radiación solar no coinciden con las que el hogar registra un consumo eléctrico elevado.

Este sistema de compensación de excedentes ha evolucionado en los últimos meses dando lugar a lo que se conoce como baterías virtuales, que sí posibilitan llegar a recibir facturas por importe de cero euros.

¿Qué es una batería virtual?

Lo primero que hay que tener claro es que, a pesar del nombre, no estamos hablando de un instrumento que permita almacenar energía, sino que se trata de un producto que supone un paso más en esa compensación de excedentes. Funciona como una hucha o un monedero virtual en el que se almacena el importe de los excedentes generados, vertidos a la red y valorados a un precio determinado por la comercializadora. Es decir, estas baterías no guardan kilowatios sino euros.

¿Cómo funcionan?

En el sistema de compensación, los excedentes fotovoltaicos que se vierten a la red son valorados por la comercializadora a un precio estipulado. Todo ese dinero se descuenta luego de la parte relativa al coste de la energía de la factura eléctrica del mes correspondiente. “Con este sistema, aunque tengas millones de excedentes, una factura mensual nunca puede llegar a ser de cero euros. Y es que el ahorro se aplica solo al coste la energía, pero el importe del término fijo se va a pagar, también algo de peajes y cargos, el alquiler del contador y los impuestos que correspondan”, explica Francisco Valverde, experto en energía y asesor de Menta Energías

La diferencia con la batería virtual es que, una vez se cumple con esa compensación de excedentes, el ahorro extra que en la versión simplificada se pierde cuando se alcanza ese tope marcado por el coste de la energía, aquí se acumula y se puede utilizar para rebajar el coste total de la factura, incluyendo también esa parte correspondiente al término fijo, al alquiler de contador y los impuestos.

Ese saldo acumulado se puede utilizar, además, para aplicarlo en las facturas de otros meses diferentes e, incluso, en otros inmuebles del mismo titular del contrato

¿Cómo se fija el precio de los excedentes?

Aunque algunas de las comercializadoras marcan un precio fijo para los excedentes fotovoltaicos, buena parte de ellas en sus ofertas de monedero solar ofrecen tarifas a precios indexados. Esto significa que la valoración que realizan de cada kilovatio no consumido que se vierte a la red depende de la evolución que marque a cada hora el mercado mayorista (similar al sistema del PVPC).

En importante también tener en cuenta que las compañías pueden aplicar una comisión en concepto de gestión de servicio de la batería virtual y que los hogares acogidos al bono social eléctrico no pueden acogerse a este modelo. 

¿Qué instalaciones de autoconsumo pueden beneficiarse?

Las baterías o monederos virtuales son especialmente interesantes para consumidores que tengan segundas o terceras residencias y puedan aprovechar el saldo de los excedentes fotovoltaicos generados en una de ellas para compensar la factura eléctrica de otra.

Desde el comparador de tarifas Selectra se aconseja este sistema también para usuarios que tengan un consumo marcadamente estacional, es decir, para quienes tienen facturas de la luz más baratas unos meses que otros. “El uso de placas solares y batería virtual permitiría a este tipo de usuario reducir sus facturas gracias al autoconsumo y compensarlas con el dinero de la venta de los excedentes de los meses en los que el consumo ha sido muy bajo”, señalan.

Y la batería virtual es una opción aconsejable, además, para instalaciones de autoconsumo que generen muchos excedentes, aunque los especialistas recomiendan siempre dimensionar el número de placas de acuerdo a los patrones de consumo para optimizar la inversión. "Si se instalan paneles por encima ese nivel óptimo, es cierto que se puede ahorrar más cada mes, pero a costa de realizar una inversión mucho más elevada. Esas placas serán más difíciles de amortizar y va a llevar más tiempo hacerlo. Costará mucho más rentabilizar la instalación”, explica el experto.

¿Batería virtual o física?

Más allá de este monedero virtual que acumula el dinero de los excedentes para rebajar la factura, los consumidores con una instalación de autoconsumo pueden decidir también instalar una batería física, en la que sí se almacena directamente la energía generada por las placas para ser utilizada en las horas en las que no hay sol.

“Para poner en marcha una instalación fotovoltaica se puede optar por hacer una sobredimensión que permita generar más energía y aumentar los excedentes o utilizar toda la energía que se produce con una batería. Habiendo ayudas, como las ha habido para esta tecnología, que son más intensivas que las de las placas, contar con una batería física encarece poco el precio de la instalación y se amortiza mejor. Aunque la factura nunca vaya a llegar a ser cero ofrece un ahorro continuado durante los próximos 15 años”, analiza Valverde.

Reconoce que la elevada inversión que requiere la instalación de la batería física, y que debe adelantar el consumidor hasta que reciba el importe de las ayudas, es un aspecto que desincentiva elegir esta opción, que considera más interesante, sobre todo en el largo plazo.

“Los precios del mercado mayorista en las horas solares están bajando. Eso quiere decir que las comercializadoras que tengan un monedero virtual con precios indexados cada vez van a pagar menos por los excedentes a esas horas. Las que trabajan con precios fijos, aguantarán un año, pero después probablemente también bajarán la valoración. Y eso, en los próximos años, también hará más difícil rentabilizar la inversión realizada”.