La inflación de los alimentos se modera, pero una cuarta parte sigue creciendo por encima del 20%

  • El IPC del grupo de alimentos disminuyó en abril 3,6 puntos respecto a marzo y roza el 13%, el nivel más bajo desde junio del pasado año

  • La inflación de la alimentación sigue siendo la mas elevada entre la cesta de gasto de los consumidores y triplica la tasa general

  • A pesar del freno en las subidas de muchos productos, el azúcar, la leche, el aceite de oliva o los productos de panadería aun crecen por encima del 20%

Nunca la inflación de los alimentos había experimentado una bajada tan intensa como la que se registró durante el pasado abril. Ese mes, el IPC de ese grupo de productos fue casi cuatro puntos inferior al que se había alcanzado en marzo, según los datos publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística. Se situó en el 12,9% y aunque sigue siendo el grupo que presenta una mayor subida interanual entre los que conforman la cesta de gasto de los hogares, se aleja ya del máximo de principios de año cuando alcanzó el 16,6%.

La moderación se explica por la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas, frente a la subida que experimentaron en el mismo mes del 2022. También por el hecho de que a pesar de que la carne, el pan y cereales, los aceites y grasas y la leche, queso y huevos siguieron subiendo, lo hicieron menos que el año pasado.

Esta evolución de los precios de los alimentos podría indicar ya que el pico de subidas habría pasado y que la reducción de algunos costes en el sector agrario y en la industria estarían trasladándose al eslabón final de la cadena alimentaria y al bolsillo de los consumidores.

El Gobierno, que advierte de la "enorme volatilidad" de los precios en estos meses, no quiere adelantar aun si prorrogará a partir de junio la rebaja del IVA que aplica a los productos básicos desde principios de año. La vicepresidente económica, Nadia Calviño, sí se centraba en destacar que la fuerte bajada del IPC de los alimentos es la que está permitiendo también el descenso, en casi un punto, de la inflación subyacente.

Desaceleración general de las subidas

Uno de los análisis que muestra con claridad la senda de moderación en los alimentos viene determinado por el número de productos, entre el medio centenar que monitoriza el INE, que mantienen una tendencia alcista respecto al mes anterior. Si en febrero eran bastantes más de la mitad, un 63%; en abril se ha reducido hasta el 12%. Solo seis referencias siguieron aumentando sus tasas interanuales el mes pasado: pizza, helados, chocolate, arroz, fruta en conserva y pescado fresco.

Además, por primera vez en 14 meses, un alimento mostró una caída de sus precios respecto al mismo periodo del año anterior. Fueron los aceites comestibles, entre los que no se incluye el de oliva. En abril fueron casi un 26% más baratos que en 2022. Esta caída, que ya se esperaba por el abaratamiento también en la fabricación de este producto, se explica en contraposición a la fuerte subida que registraron hace un año aceites como el de girasol, muy utilizado en la industria alimentaria, tras la invasión rusa de Ucrania, de donde España importaba el 60% del que se consumía.

Otra señal de que los precios de la alimentación, en buena medida, están frenando el ritmo de encarecimiento que mantienen desde el pasado año lo da la comparación mensual con los datos del mes de marzo. Once productos, de ese medio centenar monitorizado, cuestan menos que entonces. Los descensos más importantes se han registrado, de nuevo, en los aceites comestibles (-4,4%), y también en las frutas frescas (-4,2%) y en las hortalizas (-2,6%).

Lo que más sigue subiendo

A pesar de esta tendencia positiva en los precios de la alimentación que pagan los consumidores, hay todavía un buen grupo de productos que muestran encarecimientos muy importantes respecto a abril del pasado año. Al menos, una cuarta parte presenta subidas que están por encima del 20%.

Entre ellos destaca, como sucede desde hace meses, la subida del azúcar, que está un 49% más caro que en abril de 2022, y no da señales de desaceleración. Los precios del arroz, los productos de panadería y la quiche también están por encima del 20%.

Al igual, la leche -tanto entera como desnatada. presenta subidas interanuales del entorno del 27% y los productos lácteos, del 22%. No es previsible, además, un descenso de los precios de estos productos porque la sequía está afectando de forma muy importante a los costes de los ganaderos, que tienen que aumentar la alimentación de los animales con piensos ante la falta de pastos.

El aceite de oliva, al contrario que el de girasol, sigue manteniendo subidas elevadas, del 22%, aunque más moderada que la que marcaba en abril del pasado año, cuando se encarecía más de un 42%. La evolución de los precios en los próximos meses estará también muy condicionada por el efecto de la sequía y las altas temperaturas en las próximas cosechas.

Junto a estos productos, destacan también la alta inflación de las patatas, las salsas o los alimentos para bebés. 

Cambios en los hábitos de compra

Los datos de la inflación de los alimentos muestran en abril un freno en la subida de los precios, que se habían mantenido en sus niveles máximos durante el primer trimestre del año. En ese tiempo, los hogares gastaron hasta un 9,4% más en alimentación de lo que habían pagado en el mismo periodo de 2022. En total 19.500 millones frente a los 17.900 de un año antes.

En volumen, en cambio, las compras de alimentos se habrían reducido un 4,3%, hasta los 6.500 kilos o litros de productos, según el informe elaborado por Kantar para el Ministerio de Agricultura, con una muestra de 12.000 hogares. La reducción, señalan, se debería principalmente a la despensa que los consumidores realizaron en los tres primeros meses del pasado año ante el inicio de la guerra de Ucrania y la posible escasez de alimentos. Este estocaje se habría producido, sobre todo, en aceite, pasta, legumbres, arroz y harinas.

Además, el estudio demuestra también como la crisis inflacionaria en la alimentación ha cambiado los atributos que los consumidores buscan más en los productos que adquieren: por encima de todo, el precio es lo más importante para el 62% de los hogares, seguido de la cantidad de producto que contenga. En cambio, otros aspectos, como la sostenibilidad, han perdido relevancia para los consumidores con la subida de los precios.