Mitigar el golpe de la inflación costará 37.000 millones y tendrá un gran efecto rebote en el IPC de 2024

  • El Banco de España augura que la retirada de las medidas anti-inflación sumará 1,6 puntos porcentuales al IPC en 2024

  • "Las medidas sirvieron para parar el primer golpe de la inflación a cambio de alargarla en el tiempo", concluye el Informe Anual

  • El Banco anuncia que revisará al alza su previsión de crecimiento para este año y se acercará más al 2,1% de pronóstico del Gobierno

Aunque es prematuro cantar victoria con una inflación de los alimentos que todavía no ha tocado techo, sí se da por hecho que este año 2023 será el último del despliegue de medidas públicas para mitigar "la mayor subida de precios en medio siglo". El Banco de España ha calculado que finalmente el Gobierno habrá gastado 37.000 millones de euros en los sucesivos paquetes anti-crisis. Un dinero público que sirvió para contener la subida de los precios especialmente el año pasado y cuya retirada tendrá un efecto rebote contrario en el IPC, sobre todo en 2024.

"En conjunto, las medidas desplegadas han permitido reducir la inflación e impulsar la actividad", concluye en análisis. En 2022 las diferentes acciones encaminadas a reducir el impacto de la crisis consiguieron reducir la inflación en 2,3 puntos porcentuales. Es decir, sin ellas, el IPC medio habría rozado el 11% en lugar de situarse en el 8,4% al cierre del año.

Y al PIB le habría pasado algo parecido: el efecto de las medidas impulsó el crecimiento de la economía en 1,1 puntos porcentuales en 2022. Sin embargo, ahora en 2023 arrancan los impactos de signo contrario. Es el llamado efecto rebote. En 2024 el BdE ha calculado que en lugar de restar, la retirada de las medidas sumará 1,6 puntos porcentuales a la inflación de 2024 (barra roja). Y ese año restará seis décimas al crecimiento.

"En términos netos, el nivel de precios de la economía española al final del horizonte (2024) estará prácticamente en el mismo el mismo nivel que si no hubieran tomado estas medidas", explicaba este martes Ángel Gavilán, director General de Economía y Estadística del Banco de España (BdE). ¿Qué sentido tiene entonces haber gastado tantos fondos públicos si al final del viaje el nivel de precios iba a terminar siendo el mismo? (No confundir nivel con inflación. Lo primero es como el piso hasta el que se ha subido. Lo segundo, la distancia entre los escalones).

Parar el primer golpe más fuerte de la inflación era importante. "Las medidas mitigaron las consecuencias iniciales del repunte inflacionista, aunque lo hicieron a costa de que se extendieran durante un periodo más largo", explica el informe.

"Quizá no fueron las medidas más adecuadas porque han sido muy generalizadas y costosas, pero han tenido la virtud de contener las expectativas de precios. No son completamente inútiles en ese sentido", apuntaba José Manuel González, director de análisis de Situación Económica del BdE.

El análisis reconoce también que, aunque el nivel de precios va a terminar siendo el mismo, se desconoce qué tipo de "dinámicas perversas" habría generado una inflación sin ninguna política para amortiguarla, sobre todo en las personas más vulnerables. Sin embargo, el efecto rebote de las medidas explicaría la prolongación de un IPC por encima del 3% hasta el año 2024, según las previsiones del BdE.

Algunas de las medidas siguen vigente en este año 2023, como las que atañen a las rebajas fiscales en la factura de la luz y la rebaja del IVA. Otras soluciones, como el tope al gas o la limitación de la subida de los alquileres también aplicarán a todo el año pero no tienen un coste en términos fiscales.

Qué se puede esperar de la inflación

Aunque el índice general de precios ya muestre una moderación, en el caso de la tasa de los alimentos se espera una tasa de crecimiento del 12,2% para este año. "Estamos ya seguramente cerca del pico y tenemos indicadores de que la presión en los alimentos está cediendo", respondía Gavilán. Ahora queda pendiente a qué velocidad se moderan. "Hay algunas asimetrías entre cuando suben los costes de la energía y cuando empieza a bajar. El traslado en la bajada es más lento".

En cuanto al riesgo de los temidos 'efectos de segunda ronda' de la inflación en salarios y márgenes empresariales, el BdE considera que las subidas salariales pactadas en el acuerdo marco entre sindicatos y patronal entrarían dentro de lo previsto. A falta de ver cómo se concretan luego en los convenios colectivos, las cifras de referencia que se manejan no añadirían más presión de la prevista a la inflación, según el banco.

  • "Los salarios han mantenido por el momento avances muy moderados, contribuyendo a mitigar las presiones inflacionistas".
  • "Los márgenes empresariales han recuperado los niveles observados antes de la pandemia, aunque con una elevada heterogeneidad por ramas de actividad".

Con todas las cautelas que impone un entorno todavía con mucha incertidumbre, "las previsiones de evolución de la actividad en el horizonte 2023-2025 son favorables, aunque persiste una incertidumbre muy elevada", señala el Informe Anual. "Se espera que la actividad se vea favorecida por la disminución de las presiones inflacionistas, lo que contribuirá a la recuperación de las rentas reales de hogares y empresas, y por la intensificación del despliegue de los fondos vinculados al programa Next Generation EU (NGEU)".

El BdE ha anunciado que revisará al alza su previsión de crecimiento para este mismo año. Actualizó sus previsiones en marzo y en breve volverá hacerlo. El comportamiento de la economía en el primer trimestre ha sorprendido. "Si incorporamos el dato y la sorpresa de la revisión de las cifras anteriores, nos llevaría de manera mecánica a un crecimiento del 2,1% este año", explicaba Gavilán. Es justo la cifra que ha manejado del Gobierno para elaborar sus presupuestos. No será la previsión que finalmente adopte el BdE, porque hay otros factores a considerar, pero su diagnóstico se acercará todavía más al del Ejecutivo.