La cesta de la compra se ha encarecido un 16,7% respecto a hace un año y amenaza con acentuar la escalada inflacionista en las próximas semanas. Y no va a mejorar de cada a un verano donde ya se alerta de que hay productos que será un lujo tener en la nevera. Ya en 2022 la cesta de la compra sufrió un impacto claro con la alcachofa, la mandarina, el calabacín y la coliflor, a la cabeza. El impacto de la sequía es evidente, un dato lo demuestra: un 27% del país se encuentra a estas alturas en situación de alerta o escasez de agua, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO).
A esto hay que sumarle los precios de la gasolina, el abono, los tratamiento fitosanitarios, pero sobretodo los herbicidas, que han aumentado su precio entre un cincuenta y un sesenta por ciento. Las últimas cosechas de aceite de oliva, esencial en la dieta mediterránea, se han visto gravemente perjudicadas por la falta de lluvia de los últimos meses. Y eso se nota en los precios. En los campos de regadío también peligran las cosechas de verano, ante la falta de agua y, por ello, es esperable que los agricultores reduzcan en maíz, girasol, arroz y algodón, según los datos de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). El informe de COAG especifica el daño sufrido por el cultivo de cereales. Toda una tormenta perfecta.
El índice de Bloomberg que engloba las materias primas cae un 30% desde su máximo de junio de 2022. Un retroceso en el que no han participado alimentos que se colocan como las más alcistas del año. La intensa sequía que azota al panorama mundial desde hace meses ha provocado que desde el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) apunten a una caída del 3% de la producción mundial de grano. En este entorno, de las 34 materias primas agrupadas por Bloomberg, entre las diez más alcistas se encuentran el jugo de naranja, el azúcar, el cacao, el café y el ganado vivo, con un avance medio del 21%.
La sequía está afectando más que nunca a los cultivos de secano y cereal. España es uno de los mayores productores de trigo y el maíz. Pero también las legumbres, las patatas y las hortalizas. El vino y los aguacates también se van a ver afectados. El verano puede ser duro a la hora de comprar.
Las sandías y los melones se han convertido en prohibitivos para muchas familias españolas. Los pantanos bajo mínimos se van a sentir tanto en el regadío como en los árboles frutales. El aumento del precio de las fresas y de los arándanos se une al de las naranjas -los agricultores también denuncian que los costes de producción se han duplicado, pero que no reciben mucho dinero más que anteriormente-, madrinas, limones o pomelos cuyo precio se va a incrementar este verano. Frutas como el melocotón, la cereza, la ciruela o el albaricoque, también sufrirá los efectos de la sequía. La recolección de las almendras y los pistachos también se verá reducida, junto con otros frutos secos, lo que impactará en sus precios.
El índice de precios del azúcar de la FAO se situó en marzo en un promedio de 127,0 puntos, esto es, 1,8 puntos (un 1,5 %) más que en febrero, lo que representa el segundo aumento mensual consecutivo y el nivel más elevado desde octubre de 2016. El aumento de los precios obedece principalmente a preocupaciones por la disminución de las disponibilidades de azúcar a nivel mundial en la campaña 2022/23, tras las previsiones de descenso de la producción en China, la India y Tailandia. El azúcar, de hecho, es la segunda materia prima más alcista del año, con una subida del 26,5% en 2023.