Uno de los principales problemas que surgen después de haber hecho una dieta alimentaria es volver a coger los kilos perdidos e incluso engordar aún más. A esto se le conoce como efecto yo-yo o efecto rebote y supone un auténtico jarro de agua fría después de haber realizado un sacrificio que termina siendo inútil.
Pero ¿por qué hay ocasiones en las que se engorda más después de hacer una dieta? ¿Qué hacemos mal cuando terminamos el régimen alimentario y volvemos a la rutina habitual?
No es extraño encontrar durante los meses de primavera a mucha gente haciendo dieta para adelgazar –la popular “operación biquini”–. En este periodo se tienden a reducir los alimentos más calóricos e incluso se acompañan con más tiempo del habitual realizando ejercicio físico. El objetivo es ponerse en forma para lucir tipo en la playa o en la piscina. Quien más y quien menos consigue reducir su peso y tener un aspecto algo más saludable, pero a la postre, los kilos perdidos vuelven y no lo hacen solos, vienen acompañados de más.
Esto sucede por varias razones:
Por todo ello, más que optar por una dieta estricta y estacional, son muchos los endocrinos que recomiendan cambiar los hábitos de alimentación paulatinamente. Aunque los resultados tarden más tiempo en llegar, el organismo se habitúa a otro modo de comer, uno más saludable. No en vano, el objetivo es seguir una serie de pautas que estén enfocadas a mejorar la calidad de los alimentos ingeridos. Estos deben ofrecer todo lo que requiere el cuerpo en su justa medida, adecuando las calorías consumidas a las que se gastan diariamente.
Sobre este tema existe una investigación realizada por el Instituto Max Planck de Harvard (Estados Unidos) con ratones. Los investigadores pusieron a dieta a un grupo de roedores para comprobar cómo afectaba al cerebro a largo plazo. Y llegaron a la conclusión de que este cambia durante el tiempo que dura la dieta hasta tal punto que la sensación de hambre se hace mayor cuando se vuelve a los hábitos anteriores.
En el otro lado del globo, concretamente en la Academia China de las Ciencias, también realizaron una investigación con ratones, aunque en este caso se pretendía comprobar cómo afectaba el tipo de comida que se ingiere después de un periodo de dieta. La conclusión una vez que retomaron las cantidades habituales fue que los ratones con un régimen alto en proteínas no engordaban. En cambio, los que estuvieron sujetos a uno bajo en proteínas rápidamente aumentaron de peso y generaron más grasas.
Como ya hemos apuntado, es mejor cambiar los hábitos alimenticios paulatinamente y acostumbrar al cuerpo a una alimentación más saludable y acorde con la constitución y la edad. No obstante, las dietas “milagro” no van a desaparecer y mucha gente seguirá apostando por perder peso haciendo este sacrificio durante unos pocos meses. En ese caso, una vez que se acaba con la dieta, hay que tener en cuenta los siguientes consejos para no volver a ganar peso rápidamente.