¿Por qué se engorda más después de hacer una dieta?

Uno de los principales problemas que surgen después de haber hecho una dieta alimentaria es volver a coger los kilos perdidos e incluso engordar aún más. A esto se le conoce como efecto yo-yo o efecto rebote y supone un auténtico jarro de agua fría después de haber realizado un sacrificio que termina siendo inútil.

Pero ¿por qué hay ocasiones en las que se engorda más después de hacer una dieta? ¿Qué hacemos mal cuando terminamos el régimen alimentario y volvemos a la rutina habitual?

¿Dietas para adelgazar o cambios en la alimentación?

No es extraño encontrar durante los meses de primavera a mucha gente haciendo dieta para adelgazar –la popular “operación biquini”–. En este periodo se tienden a reducir los alimentos más calóricos e incluso se acompañan con más tiempo del habitual realizando ejercicio físico. El objetivo es ponerse en forma para lucir tipo en la playa o en la piscina. Quien más y quien menos consigue reducir su peso y tener un aspecto algo más saludable, pero a la postre, los kilos perdidos vuelven y no lo hacen solos, vienen acompañados de más. 

Esto sucede por varias razones:

  • El cuerpo se acostumbra a funcionar con menos energía, ya que durante un tiempo ha optimizado el uso de los nutrientes que llegaban, pues lo hacían en menor cantidad. Así que, en el momento en que la persona vuelve a los hábitos alimenticios anteriores, el organismo se habrá habituado a no necesitar tanta cantidad. Esto lleva a que reserve buena parte de dichos nutrientes y se aumente el peso nuevamente.
  • En segundo lugar, si la actividad física se detiene o se reduce, se dejan de quemar tantas calorías como durante los meses de dieta, lo que implica que se aumente de peso. Si a eso le unimos que las cantidades y los tipos de alimentos también se incrementan, el resultado es inequívoco. Asimismo, si durante el régimen no se han realizado actividades físicas, se tenderá a perder masa muscular y sufrir un descenso de la tasa metabólica. El resultado será el mismo: se engordará más rápido una vez que finalice la dieta.

Por todo ello, más que optar por una dieta estricta y estacional, son muchos los endocrinos que recomiendan cambiar los hábitos de alimentación paulatinamente. Aunque los resultados tarden más tiempo en llegar, el organismo se habitúa a otro modo de comer, uno más saludable. No en vano, el objetivo es seguir una serie de pautas que estén enfocadas a mejorar la calidad de los alimentos ingeridos. Estos deben ofrecer todo lo que requiere el cuerpo en su justa medida, adecuando las calorías consumidas a las que se gastan diariamente. 

Investigación con ratones

Sobre este tema existe una investigación realizada por el Instituto Max Planck de Harvard (Estados Unidos) con ratones. Los investigadores pusieron a dieta a un grupo de roedores para comprobar cómo afectaba al cerebro a largo plazo. Y llegaron a la conclusión de que este cambia durante el tiempo que dura la dieta hasta tal punto que la sensación de hambre se hace mayor cuando se vuelve a los hábitos anteriores.

En el otro lado del globo, concretamente en la Academia China de las Ciencias, también realizaron una investigación con ratones, aunque en este caso se pretendía comprobar cómo afectaba el tipo de comida que se ingiere después de un periodo de dieta. La conclusión una vez que retomaron las cantidades habituales fue que los ratones con un régimen alto en proteínas no engordaban. En cambio, los que estuvieron sujetos a uno bajo en proteínas rápidamente aumentaron de peso y generaron más grasas.

¿Qué hacer después de estar a dieta?

Como ya hemos apuntado, es mejor cambiar los hábitos alimenticios paulatinamente y acostumbrar al cuerpo a una alimentación más saludable y acorde con la constitución y la edad. No obstante, las dietas “milagro” no van a desaparecer y mucha gente seguirá apostando por perder peso haciendo este sacrificio durante unos pocos meses. En ese caso, una vez que se acaba con la dieta, hay que tener en cuenta los siguientes consejos para no volver a ganar peso rápidamente.

  • Hacer ejercicio físico o mantener la actividad que ya existía durante la dieta.
  • Mantener una rutina y un orden en las comidas. De hecho, conviene hacer un menú semanal saludable para evitar tentaciones o atracones inesperados.
  • No aumentar el volumen ingerido notablemente.
  • Los alimentos que han estado prohibidos durante la dieta no pueden volver repentinamente, sino que han de hacerlo poco a poco. 
  • Evitar los alimentos ultraprocesados o con grasas saturadas.
  • No comer entre horas y, si se hace, optar por picoteo saludable.
  • Controlar el azúcar, especialmente en los postres.
  • Beber agua antes que cualquier otra bebida.