El salario de los trabajadores españoles cayó un 5,5% en 2022, el equivalente a casi 11 días de trabajo, mientras aumentaban un 26,8% los dividendos de las empresas cotizadas. Es el análisis realizado por Oxfam Intermón con motivo del Día Internacional del Trabajo, en el que la principal reivindicación es la recuperación del poder adquisitivo y la redistribución de la riqueza.
El estudio de la ONG pone sobre la mesa la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores españoles que han perdido de media 1.523 euros, en contraste con los "abultados" beneficios obtenidos por las grandes empresas en 2022, que a su vez ayudan a explicar el "fuerte repunte de los precios que castiga a las personas trabajadoras y las familias".
Un trabajador en España necesitaba en 2021 más de 147 años para alcanzar la retribución anual promedio de un consejero ejecutivo del Ibex 35, es decir, más de cuatro vidas laborales.
De cara a los datos de 2022, Oxfam Intermón ha asegurado que "esa brecha solo ha podido empeorar" como consecuencia del aumento de márgenes empresariales experimentado por las empresas durante la crisis de precios.
Por su parte, el sueldo de los trabajadores cayó en el mundo un 3,19% en 2022, hasta los 685 dólares por trabajador (623,93 euros), según Oxfam Intermón.
Este análisis detalla que el recorte salarial medio de 1.000 millones de trabajadores de 50 países supone una pérdida conjunta de 746.000 millones de dólares (679.084,40 millones de euros), en comparación con lo que habrían ganado si los salarios hubieran crecido al mismo ritmo que la inflación.
Por zonas geográficas, los salarios de los trabajadores brasileños disminuyeron en 2022 un 6,9%, mientras que en Estados Unidos y Reino Unido el recorte promedio fue del 3,2% y del 2,5%, respectivamente. Por el contrario, en estos dos países los salarios de altos ejecutivos aumentaron un 9% en términos reales (un 16% sin ajustar por la inflación).
Oxfam Intermón ha denunciado que "los desorbitados pagos a accionistas benefician a los más ricos de la sociedad, exacerbando la desigualdad".
En concreto, del análisis se desprende que en España, 86 de cada 100 euros repartidos como dividendos y otros rendimientos financieros acaban en manos de apenas un 10% de la población, mientras que en Estados Unidos, el 1% más rico posee el 54% de todas las acciones en manos de los hogares.
Asimismo, en Sudáfrica, el 95% de los bonos y participaciones en grandes empresas están en manos del 1% más rico de la población, y el 62,7% pertenece al 0,01% más enriquecido.