El Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,4% en marzo en relación al mes anterior y recortó más de 2,5 puntos su tasa interanual, hasta el 3,3%, según los datos avanzados publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta moderación de la tasa de crecimiento interanual del IPC sitúa la inflación en su menor nivel desde agosto de 2021, cuando se registró también una tasa del 3,3%, y supone romper con dos meses consecutivos de ascensos que llevaron el IPC hasta el 6% el pasado mes de febrero. Pero los precios, siguen subiendo. Y los salarios no dan para más.
Sí, la tasa interanual del IPC no se había reducido tanto en un mes (-2,7 puntos) desde mayo de 1977 gracias abaratamiento de la electricidad y de los carburantes, frente al repunte que experimentaron en igual mes de 2022. Pero la pregunta es por qué siguen subiendo.
La moderación de precios este mes de marzo obedece a que la subida histórica de hace 12 meses, un 3% mensual a causa del shock energético por la guerra de Ucrania, desaparece a la hora del cómputo. Y a eso se denomina efecto escalón, o lo que es lo mismo, el impacto que genera, en cálculos interanuales, la comparación del dato de un año con el del mismo mes del año anterior. En marzo de 2022 los precios subieron un 3% sobre el mes anterior y el IPC interanual saltó 2,2 puntos, del 7,6% al 9,8%.
La incertidumbre por la guerra, pese a todo, sigue ahí. Pero hay elementos que ayudan a la moderación, como por ejemplo, el hecho de que algunas materias primas y la energía se hayan abaratado, al reactivarse los mercados y reducirse su demanda. No es baladí el hecho de que se estén cambiando hábitos de consumo ni tampoco los efectos del clima en las cosechas.
Preocupa que la inflación subyacente se ha disparado en marzo hasta el 7,5%, su nivel más alto en 37 años. Y no parece muy probable que los precios caigan de golpe. Los problemas en las cadenas de suministro internacionales no ayudan y la falta de productividad tampoco. Y el contexto internacional, con guerra en Ucrania y el populismos avanzando en el mundo tampoco. El BCE, mira de reojo a los bancos y a la inflación. Puede que lo peor haya pasado pero queda inflación elevada para rato.