El certificado de retenciones es uno de los documentos más importante de cara a nuestras obligaciones fiscales dentro de la campaña de la declaración de la renta 2022. Las empresas están obligadas a poner este documento a disposición de sus trabajadores o autónomos antes de que termine el mes de marzo para poder conocer su situación y hacer sus cuentas con la Agencia Tributaria.
El certificado de retenciones incluye los ingresos percibidos, las retenciones practicadas y los gastos desgravables, entre otro. Se trata de uno de los aspectos clave que va a determinar si una persona va a estar obligada o no a presentar la declaración de la renta de 2022.
¿Y cómo se pueden conocer dichos rendimientos? En algunos casos las compañías suelen proporcionar a los trabajadores un documento en el que se estipulan los rendimientos y el porcentaje de IRPF que ha sido retenido. Este documento se conoce como certificado de IRPF.
Asimismo, esta información también se puede consultar en la página web de la Agencia Tributaria a través del DNI electrónico, certificado digital o el número de referencia de la última declaración de la renta. Rellenamos la solicitud siguiendo las instrucciones del organismo y podremos obtener el documento.
Sin embargo, si se realiza la consulta ahora tan solo se podrá acceder a los datos fiscales de 2021. Por lo tanto, habrá que esperar a estar más cerca de la fecha de presentación de la declaración de la renta para obtener dicho documento.
Gracias al certificado de IRPF un usuario podrá tener claro si está o no obligado a presentar la declaración de la renta. Hay que recordar que este año las personas que tendrán que realizar dicho trámite sí o sí son aquellas con rendimientos anuales superiores a los 22.000 euros con un pagador y por encima de los 15.000 en caso de tener más de un pagador.
Una persona no presenta la declaración, pero tras comprobar a través de su certificado de IRPF concluye que debería haberla tramitado. Ya ha pasado el 30 de junio, el último día para presentarlo. ¿Qué le va a ocurrir?
“No presentar la declaración de la renta estando obligado acarrea una sanción económica tanto si el resultado sale a pagar como a devolver”, puntualiza Antonio Gallardo, experto de Banqmi.
Las sanciones varían en función de si el contribuyente ha recibido o no un requerimiento, un documento en el que la Agencia Tributaria insta al contribuyente a presentar la renta. Si el usuario ha recibido un requerimiento y su declaración sale a pagar tendrá que aportar el dinero indicado en la declaración de la renta junto con un recargo. La sanción dependerá de las circunstancias en las que se presente la renta.
Por su parte, si la declaración es positiva, pero no hay requerimiento, dicha persona tendrá que aportar el dinero que estipula la declaración junto con un recargo. Dicho recargo aumenta cuanto más se tarde en realizar este trámite.
En el caso de que el resultado de la declaración salga a devolver, en cambio, Hacienda aplicará una sanción de 200 euros si hay requerimiento y de 100 euros si no la hay.
Sabiendo todo esto se puede concluir que es importante tener claro si hay que presentar o no la renta. “El certificado de IRPF nos va a ayudar a ver si tenemos que presentar o no la declaración de la renta. De esta manera evitamos tener que pagar sanciones y tener cuentas pendientes con la Agencia Tributaria”, explica el experto de Banqmi.