El primer gran periodo vacacional del año se presenta con grandes perspectivas para el sector turístico a pesar del efecto de la inflación en el poder adquisitivo de los consumidores y de la incertidumbre provocada por las últimas turbulencias financieras. Las reservas ya confirmadas para la Semana Santa son un 30% superiores a las registradas en 2019, antes de la pandemia, según la secretaria de Estado de Turismo, Rosana Morillo, la pasada semana. La responsable del sector destacaba, además, el ritmo de recuperación de destinos como Canarias, Andalucía, Cataluña o Baleares.
Los datos que maneja el Gobierno adelantan unas previsiones de ocupación para las fechas de Semana Santa del 72%, también por encima de los valores de hace cuatro años, lo que hace pensar en una temporada “muy satisfactoria", ya que además, estas estimaciones contemplan una subida de las tarifas hoteleras.
Todas estas previsiones provocan un optimismo generalizado de cara a las próximas vacaciones de abril entre las empresas del sector del alojamiento.
Los buenos pronósticos para la próxima Semana Santa son especialmente importantes para el sector, ya que se producen en un entorno de subidas de los precios en los establecimientos hoteleros. Según la secretaria de Estado de Turismo, la tarifa media diaria (ADR, por sus iniciales en inglés) se ha incrementado 23 euros respecto a los niveles prepandemia.
Un aumento de los precios que, dicen las empresas del sector, no está provocando una disminución del consumo y que les permitirá mejorar sus ventas respecto a la temporada turística previa al covid. Respecto al pasado año, en el Grupo Hesperia señalan que su ADR se ha incrementado un 16%; un aumento que se eleva al 20% en el caso de Sercotel, y que se sitúa en el 15% en Hoteles Silken y del 12% en Barceló Hotel Group.
Los últimos datos de la encuesta de Coyuntura Turística Hotelera correspondientes a febrero señalan que el incremento interanual de la tarifa media diaria (ADR) se situó en el 13,2% en la media nacional, con las mayores subidas registradas en Barcelona (37%), Madrid (21%), Álava y Valencia (ambas, un 15%).
Aunque los precios de los vuelos también se mantienen al alza (un incremento del 10% en los internacionales, según los últimos datos del IPC), las aerolíneas esperan un aumento de los pasajeros en la temporada de verano que arranca solo unos días antes del comienzo de la Semana Santa, el 26 de marzo, y que se prolongará hasta el 28 de octubre.
Para este periodo se han programado 221,8 millones de asientos y cerca de 1,3 millones de operaciones comerciales en los aeropuertos de Aena, lo que supone un incremento del 4,4% respecto a los asientos de 2019 y un incremento del 1,2% en el numero de operaciones.
Por zonas geográficas, la programación con Reino Unido y Alemania no termina de recuperar el nivel de hace cuatro años y se queda aún un 4% por debajo en ambos mercados; mientras que destaca el incremento de los mercados latinoamericano y doméstico, que están un 15 % y un 11% por encima, respectivamente, y el de Italia y Francia, que ha aumentado un 10%.
Las expectativas positivas para la Semana Santa prolongan el buen comportamiento que el sector turístico ha registrado a lo largo de los primeros meses del año. Tanto en enero como en febrero se han superado ya las pernoctaciones hoteleras registradas en 2019. En ese último mes, además, el número estuvo por encima de los niveles previos al covid tanto por parte de los residentes en España como de los clientes extranjeros.
También las cifras totales de pasajeros llegados a los aeropuertos españoles dan una idea de la fortaleza de la recuperación de los viajes. En los dos primeros meses del año estuvieron por encima de los que se produjeron antes de la pandemia, quedándose en febrero solo un 0,2% por debajo en el caso de los viajeros internacionales, mientras que los pasajeros en vuelos nacionales fueron un 6,4% más elevados que los de 2019.
Los datos del INE señalan también que, aunque el número de turistas internacionales no ha alcanzado todavía las cotas de hace cuatro años (con el último dato oficial de enero), tanto el gasto total, como el gasto por persona como la duración media de los viajes está ya por encima de los de entonces.