El Banco de España, en una previsión y estimación positiva, augura que la economía española crecerá este año algo más de lo previsto por el Gobierno. No obstante, y aunque los precios se van a moderar, la alimentación va a seguir siendo una pesadilla.
Tal como explica Bea Benayas en su panel para Informativos Telecinco sobre las previsiones del Banco de España, su pronóstico mejora en 3 décimas el crecimiento esperado de nuestra economía. Así, subirá en un 1,6% en lugar de un 1,3%.
En cuanto a la inflación, los precios van a subir menos de lo que esperaba anteriormente: un 1,2% menos, aunque siguen siendo muy altos, dado que un 3,7% de inflación sigue estando muy lejos del objetivo del 2%.
En esta situación el gran problema sigue siendo la alimentación. No nos quitamos de encima los precios caros en el supermercado. De hecho, estima que van a crecer más de lo esperado, –un 4,5% más–, y que la media de este año será de un 12,2%. Esto quiere decir, básicamente, que los precios todavía no han tocado techo, como avalan los expertos.
“La inflación general, cuyos dos componentes importantes son la energía y las materias primas, descienden. Sin embargo, la subyacente, que excluye esos efectos energéticos, y de alimentos frescos, que es la que generamos desde dentro, continúa. ¿Por qué? Porque las empresas todavía no han terminado de trasladar los costes a precios”, como expresa Fernando Faces, economista de San Telmo Business School.