La inflación y el alza de los precios ha encarecido notablemente uno de nuestros platos estrellas, la paella. Este típico plato valenciano, sobre todo en época de Fallas, es uno de los que más ha subido en los últimos meses. Los restaurantes, se han tenido que ver obligados a repercutir el elevado coste de la materia prima a las raciones, que no son nada baratas.
Al igual que los precios de los productos, los hosteleros valencianos varían el precio de su plato estrella cada semana, con el fin de amortiguar todo lo posible los coletazos de la inflación, que cada vez mengua más la economía de los hogares españoles. Una ración básica de paella el pasado año costaba 12 euros de media, en las últimas jornadas, este precio se ha disparado hasta rondar los 15 €.
Productos tan esenciales para hacer una paella valenciano como son el arroz y el aceite o el conejo y la alcachofa, han visto como su precio aumentaba un 20 % con respecto al año anterior, algunos productos casi un 50 por ciento. Uno de los productos que más se ha visto afectado ha sido la ferraúra, un producto típico de la Comunidad Valencia que antes estaba "entorno a los 3 o 4 euros y ahora sobre los 12 o 15 euros", su precio se ha triplicado. Esta enorme subida, tiene que ser repercutida por el hostelero en el plato final y las raciones. Pese a todo, los fogones no para de rugir, las personas no pierden el interés en salir a comer y disfrutar de una buena paella en un restaurante.
La subida de los precios de los alimentos parece no tener fin. Eso se traduce en constantes subidas en los restaurantes. "De semana a semana podemos ver una subida en torno al 10 o 15 por ciento". Es por eso que el plato estrella valenciano se está pagando más caro que nunca. "Se han aumentado los precios de las raciones, pero no tanto como el de los productos", afirma Jorge Pardo, un hostelero valenciano y jefe de cocina del restaurante Nou Racó. A pesar de que el precio de las raciones se ha incrementado entre cuatro y cinco euros, los restaurantes valencianos están a rebosar. Los valencianos no quieren dejar de disfrutar de uno de sus platos típicos que ha demostrado que es más fuerte que la inflación.