La subida del 0,4% del precio de los alimentos en enero sitúa el IPC de esta partida en el 15,4% interanual, igualando el índice de octubre, el más más alto desde el comienzo de la serie en enero de 1994. Y muy superior al índice general del 5,9% o a la subida de la inflación subyacente que se sitúa en un 7,5% anual. Un duro golpe para la economía doméstica de infinidad de familias, ya lastrada por el alto precio de la energía, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) cuantifica en un sobrecoste de 860 euros al año en la cesta de la compra.
Según el INE, los precios de los alimentos crecieron en enero un 15,4% en tasa interanual, tres décimas menos que en diciembre, tras la rebaja del IVA aplicada a ciertos productos de la cesta de la compra, en vigor desde el 1 de enero. De hecho, el Departamento que dirige Nadia Calviño ha destacado que los precios de los alimentos afectados por la reducción del IVA bajaron en el primer mes del año un 1,6% respecto al mes de diciembre, en contraste con la subida mensual del 1,4% experimentada por el resto de productos de la cesta no afectados por la rebaja impositiva.
Así, Economía ha subrayado que se ha producido una bajada "generalizada" en los alimentos en los que se ha aplicado la rebaja del IVA del 4% al 0%, como pan (-0,2%), leche (-1,5%), huevos (-1,5%), frutas frescas (-4,2%), legumbres (-1,1%), patatas (-1%), harina (-2,3%) y queso (-0,7%).
En el caso de los que han tenido una rebaja del IVA del 10% al 5%, destaca el descenso de los precios del aceite de oliva (-1,2%) y la pasta (-3,5). En cambio, el arroz, también afectado por el recorte del IVA, subió un 3,7% en enero en comparación con el mes previo.
En tasa interanual (enero de 2023 sobre el mismo mes de 2022), los alimentos que más han subido de precio son el azúcar (+52,1%); la mantequilla (+38,2%); salsas y condimentos (+33,9%); la leche entera (+33,4%); los aceites y grasas (+31,3%); los huevos (+27,2%); los productos lácteos (+23,4%); los cereales (+22,8%) y las patatas (+20,5%).
Además, otros muchos alimentos registran subidas interanuales de dos dígitos en sus precios, como los preparados de legumbres y hortalizas (+15,8%); la carne de ave (+14,4%); la de porcino (+14,3%); agua mineral, , refrescos y zumos (+14%); la carne de vacuno (+13,7%); el pan (+13,5%); café, cacao e infusiones (+12%); crustáceos, moluscos y preparados de pescado (+11,9%); legumbres y hortalizas frescas (+11,5%), y las bebidas alcohólicas.
Frente a los alimentos, que lideraron las subidas interanuales de precios, lo que más se abarató en el primer mes del año en relación a enero de 2022 fue la electricidad (-40,8%), seguido del transporte combinado de pasajeros (-35,4%); el transporte de pasajeros en metro (-19,1%) y el transporte de pasajeros en autobús (-19%), reflejando así el efecto de los bonos gratuitos y de las rebajas en el coste del transporte puestas en marcha por el Gobierno y complementadas por las comunidades autónomas.
Esta última subida coloca a un amplio número de productos básicos en precios difícilmente asumibles por muchos hogares, como es el caso del azúcar (52,1%), la mantequilla (38,2%), la leche entera (33,4%), la leche desnatada (32,9%), el aceite de girasol (32,1%), el aceite de oliva (30,5%), los productos de panadería (28,2%), las harinas (28,1%), los huevos (27,2%), los yogures (26,7%), el queso (20,5%) o el arroz (19,6%). Pero también de las patatas y sus preparados (20,5%), de los preparados de legumbres y hortalizas (15,8%), de la carne de ave, de cerdo y de vacuno (alrededor del 14%) y del pan (13,5%).
En términos mensuales (enero de 2023 sobre diciembre de 2022), el IPC registró un descenso de dos décimas como consecuencia del abaratamiento de la electricidad, del vestido y el calzado por las rebajas de invierno, y de los paquetes turísticos. Por contra, en enero se encarecieron los carburantes y los servicios de telefonía.
Lo que más subió de precio en el mes de enero respecto al mes anterior fueron la gasolina (+12,7%), el gasóleo (+10,2%) y el gas natural (+7,2%), y lo que más bajó fueron la electricidad (-17,5%) y otros artículos de vestir (-17,2%).
De hecho, los resultados de una encuesta sobre hábitos de consumo realizada por OCU en diciembre de este año ya advertían del duro panorama al que se enfrenaban muchas familias como consecuencia del aumento de la inflación en los alimentos: nueve de cada diez consumidores estaban modificando sus hábitos, priorizando los productos en oferta y primando las marcas blancas y las compras en los súper low cost. Al tiempo que se reduce el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado (32%) o las frutas y verduras (18%), sustituyéndolos por alimentos envasados y congelados, lo que refleja las dificultades para llegar a fin de mes.
Por todo ello, OCU insta al Gobierno a bajar temporalmente el IVA al 0% a los alimentos de primera necesidad con un perfil nutricional más saludable (tal y como ya se hace en Irlanda y Reino Unido): frutas, verduras, legumbres, arroz, pasta, carne y pescado frescos o congelados, leche, huevos, pan integral, frutos secos y aceite de oliva virgen. Así como bajarlo al 4% a otros alimentos básicos con un perfil nutricional al menos aceptable: lácteos sin azúcares añadidos, cereales de desayuno integrales sin azúcares ni grasas añadidas y aceites de semillas, entre otros. Garantizando, eso sí, una reducción de precios realmente efectiva en los lineales de los supermercados (la bajada del IVA del pan integral del 10% al 4% en 2019 no se trasladó a su precio final).
Por todo ello, OCU insta al Gobierno a aumentar de manera urgente el importe del cheque de 200 euros, así como el número de beneficiarios, al tiempo que solicita la aplicación del IVA del 0% a la carne y el pescado. De cara al resto de consumidores, OCU pide una subida de los mínimos personales y familiares en el IRPF (y de las reducciones del trabajo y de autónomos), que corresponden precisamente a la parte de la base liquidable que, por destinarse a satisfacer sus necesidades básicas personales y familiares, no se somete a tributación; y que de hecho no sea han actualizado desde 2015. Una medida que beneficiaría a todos los contribuyentes, pero sobre todo a pensionistas, familias con hijos a cargo y discapacitados.