Los bancos españoles vuelven a tropezar con la misma piedra: las personas mayores de 65 años. La campaña "Soy mayor, no idiota" puso de manifiesto las escasa sensibilidad hacia este grupo que apenas se maneja con las nuevas tecnologías y a los que el cierre de oficinas y sucursales impedía una gestión adecuada de sus finanza. Ahora, con la eliminación o encarecimiento de las libretas o cartillas de ahorro, las personas mayores, sus principales usuarios, pierden el control de su economía personal.
La eliminación de las cartillas o libretas de ahorro no son un fenómeno nuevo, desde hace años ya hay informaciones que alertaba de esta práctica que afectaba especialmente a la población rural o mayor. Es el caso de La Nueva España que ya en 2018 informaba sobre la presión de las entidades financieras a sus clientes para que optaran por las nuevas herramientas digitales o soportes físicos para controlar sus finanzas o acceder a dinero metálico.
Pero ha sido la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la que ha destapado todas las alertas. Según esta entidad, cinco de las dieciocho entidades bancarias analizadas que cuentan con red de oficinas físicas ya no emitirían libretas. El informe también recoge bancos que han endurecido su política de comisiones elevando de forma considerable las comisiones de apertura o mantenimiento o incluyendo nuevos requisitos que dificultan su operatividad.
El servicio de Conducta de Entidades del Banco de España recuerda que "no hay regulación específica sobre las libretas de ahorro ni obligación legal de sustituirlas por otro producto". Desde la entidad que gobierna Pablo Hernández de Cos son conscientes de que las libretas "están cayendo en desuso en los últimos años por las distintas formas que ofrecen ahora las entidades para seguir los movimientos de una cuenta, más cómodas para el usuario", pero recuerdan que "cada entidad, en función de su política comercial, ofrecerá o no la posibilidad de tener cartilla y, en su caso, si cobra por ofrecer ese servicio y a quién".
Los responsables del Banco de España recuerdan a los usuarios de este producto que, en el caso de que se modifique cualquier clausula del contrato con cambios en las comisiones o el tipo de producto, las entidades deben notificarlo a sus clientes con la debida antelación, para que éstos decidan si aceptan o no la modificación y desisten del contrato en caso de no estar conformes".
En concreto, entre las 18 entidades bancarias analizadas por la OCU y que cuentan con red de oficinas físicas, asegura que hay cinco bancos que ya no emitirían libretas: Abanca, Bankinter, BBVA, Caja Rural de Jaén y Laboral Kutxa.
En este sentido, la falta de libreta "impide el correcto control de los movimientos y saldo bancario de aquellas personas sin capacidad para acceder a la banca digital".
Igualmente, OCU afirma que, entre las que ofrecen libreta, Kutxabank tendría una comisión de tres euros por emisión a todos sus clientes, mientras que Sabadell tendría una de diez euros por el mismo concepto a los menores de 65 años, Ibercaja de dos euros a los menores de 70 años y BBVA de diez euros de comisión de mantenimiento a los titulares de cuentas con libreta activa, salvo que tengan domiciliada una pensión contributiva de al menos 300 euros.
También denuncia que existen trabas a la disponibilidad de efectivo en ventanilla. Así, afirma que BBVA cobraría dos euros por retirar menos de 2.000 euros por esta vía; mientras que el Santander no permitiría retirar dinero en ventanilla si la cantidad es inferior a 600 euros.
Caixabank, por su parte, tendría una comisión de dos euros por realizar operaciones en oficina que puedan realizarse por otros canales, como el pago de recibos e impuestos o reintegros en efectivo, entre otras.