'El beso', el gráfico favorito de Yolanda Díaz

En los pasillos del ministerio de Trabajo se le conoce como 'el beso'. Representa a dos protagonistas muy alejados el uno del otro durante años y que de repente casi se tocan. No es un cuadro antiguo del edificio sino un gráfico. Y es el favorito de Yolanda Díaz sobre los efectos de la reforma laboral. La imagen del patrón de contratación de la economía española dividida entre temporales y fijos. Los primeros han dominado por goleada las cifras de contratos desde 1985. Los segundos, eran marginales. Pero en enero de 2022 llegó un movimiento tectónico. "Una metamorfosis", utilizando la descripción del propio Gobierno.

Cinco reformas de calado "fracasaron", según el relato de Díaz, a la hora de corregir la elevada temporalidad de nuestro país: nueve de cada diez contratos que se hacían eran temporales a pesar de los cambios introducidos. Esto era así en las épocas buenas y en las malas. En recesión y en expansión. Los porcentajes apenas se alteraban unas décimas. En julio de 2012 se había fijado el mejor resultado: temporales 85% - fijos 15% en los nuevos contratos.

Los doce meses de la reforma laboral del Gobierno de coalición pactada con los agentes sociales (sindicatos y empresarios), nos han dejado la foto del beso, que dicen en el ministerio. Dos curvas muy alejadas durante años y que ahora casi se tocan por primera vez.

El mes de abril fue el momento en el que más cerca estuvieron los protagonistas: temporales 52% - fijos 48%. A finales de año terminaron algo más distanciados, pero el cambio es "extraordinario", "valioso" y con "aroma europeo", siguiendo con los calificativos del Ejecutivo. Lo último viene porque la tasa de temporalidad ha caído del 30% (un tercio de personas trabajando tenía un contrato de duración limitada) a un 20%, más cerca de la media de la UE.

Hay quien sospecha que parte de la precariedad laboral que teníamos se ha transformado en un contrato fijo discontinuo. Esta modalidad ha crecido muchísimo en el último año y explica una cuarta parte de la caída de la temporalidad del sistema, según un análisis del Banco de España. Faltan datos para conocer exactamente esta nueva realidad y qué implica. Lo cierto es que antes de los cambios legales, los fijos discontinuos representaban el 1% de todos los trabajadores indefinidos y ahora ya son el 7%.

Hemos conseguido en un año de reforma laboral lo que no se consiguió durante los 40 años anteriores", defendía Díaz hace unos días cuando se cumplió el año desde que se aprobó en Consejo de Ministros. Las empresas tuvieron tres meses para adaptarse para operar sin el contrato estrella de la precariedad: el de obra y servicio. El cambio de modelo del sistema de contratación ha llegado, justifican en Trabajo, porque "la estabilidad es ya la norma".

Sin embargo, los expertos creen que hará falta más de un año para poder evaluar correctamente los efectos de esta reforma laboral. Lo que sí es cierto es que el empleo se ha comportado de forma diferente en 2022: ha mantenido su tono positivo incluso cuando la economía se frenaba casi en seco. Esto no es normal, pero tampoco está del todo claro por qué ha ocurrido.

La música de la película de la reforma laboral suena bien, pero no ha erradicado la excesiva temporalidad. La escena del beso de verdad todavía no ha llegado.

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