El impuesto al plástico entra en vigor el 1 de enero de 2023, pese al rechazo de fabricantes y distribuidores. El objetivo es que finalmente despegue la producción de plásticos biodegradables o terminar el exceso de embalajes que envuelven todos los productos que compramos. Sin embargo, la industria del plástico ya ha advertido que tendrá consecuencias para nuestros bolsillos.
Las grandes distribuidoras y fabricantes de plástico prometen trasladar el sobrecoste del impuesto al consumidor.
Los datos revelan la necesidad de este impuesto para dejar que nos coman los plásticos en el sentido literal. Los investigadores han encontrado microplástico en las zonas más profunda de los oceános y en la sangre de los fetos.
Cada europeo genera casi 180 kg de residuos de envases al año, la mayoría plástico, que sirve para embalar. Por lo que es urgente tomar medidas contra esto: El objetivo del impuesto es que el volumen de residuos plásticos mengüe en un 15% en relación a 2010.
Fabricantes y distribuidores de la industria del plástico, contrarios al impuesto
Los fabricantes de plásticos critican el impuesto al plástico, porque en opiniónl sector considera que "no reducirá la cantidad de residuos ni el abandono de los mismos" y "sí supondrá un incremento de precio de muchos productos esenciales de primera necesidad".
El nuevo impuesto al plástico se calcula considerando el peso del plástico no reciclado, sin considerar qué producto envuelve. El tipo impositivo aplicable será de 0,45 euros por kilogramo de plástico no reciclado.
El impuesto al plástico afecta a casi cualquier empresa, pero de forma más importnte al sector del gran consumo y a la alimentación. Ya estamos cansados de comprar dos mangos en el súper envueltos en dos capas de plástico con bandeja del mismo material incluida.
El nuevo impuesto incrementa los costes del sector que han asegurado que se lo harán pagar a los consumidores, algo que podrían evitar si optan por seguir la otra parte de la normativa sobre el plástico que es vender a granel los productos.
Pero, en general, afectará a todos los sectores, porque cualquier producto que compremos viene en cajas, envases, cintas de embalaje y papel film, bebidas, la perfumería y la cosmética., la droguería, la hostelería, el textil, la ferretería y el bricolaje y hasta la tecnología.
Y sí, las empresas afectdaas acabarán repercutiendo la tasa sobre el bolsillo de los consumidore. Las diferentes patronales dan por hecho que puede implicar incrementos en el precio de venta al público de hasta el 7%.
El Real Decreto de Envases y Residuos de Envases, incluye una revisión integral de la normativa española y que además del impuesto tan criticado por los fabricantes y distribuidores, incluye otras medidas como la ampliación de zonas de productos a granel. Los supermercados deberán destinar un 20% de su espacio a la venta de productos sin embalaje o a granel.