¿Qué es una bomba de calor y cuánto se puede ahorrar en calefacción tras su instalación?
Las bombas de calor son uno de los sistemas de calefacción más eficientes, por lo que es la alternativa perfecta frente a la calefacción de gas
Las bombas de calor no solo son válidas para el invierno, sino que también pueden refrigerar nuestro hogar en verano
Operación termostato: qué podemos hacer para ahorrar energía en nuestros hogares
La inflación y la crisis energética sigue causando estragos en los bolsillos de las personas. El dinero cada vez da para menos, dejando familias que no pueden pagar sus facturas a pesar de estar pasando frío en casa, debido a los altos precios de la electricidad y el gas. Para sobrevivir al duro invierno, y tener dinero para comer, muchas familias han optado por invertir en una bomba de calor como sistema de climatización. Este aparato, que se instala en la vivienda, mueve principalmente el calor "desde un fluido que está a una temperatura más baja a otro más caliente", según han señalado desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Es por esta razón por lo que las bombas de calor son uno de los sistemas de calefacción más eficientes, ya que simplemente mueven la energía para producir calor de forma directa, lo que también las hace más sostenibles con el medioambiente.
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Las bombas de calor no solo son válidas para el invierno, sino que también pueden refrigerar nuestro hogar en verano. Las leyes de la física determinan que cuándo dos cuerpos a distinta temperatura entran en contacto, "el que está más caliente cede calor al más frío hasta que igualan las temperaturas", señala la OCU. Pero las bombas de calor invierten el proceso y es el "fluido que está más frío, el que cede calor a otro más caliente". Esta tecnología es similar a la de los frigoríficos y aparatos de aire acondicionado, los cuales también "extraen calor de los alimentos o del ambiente y lo ceden al exterior".
De esta manera, el líquido refrigerante que se encuentra en el circuito cerrado puede encontrarse en estado líquido o gaseoso en función de las necesidades. Durante el funcionamiento de la bomba de calor, el refrigerante cambia de estado, para lo que necesita ganar o perder calor", y sigue este funcionamiento:
- Evaporación: para pasar de estado líquido a gaseoso, el refrigerante absorbe el calor de la habitación hasta que se evapora y se enfría.
- Compresión: un compresor eléctrico presiona el refrigerante que acaba de convertirse en gaseoso y se trasporta al condensador.
- Condensación: en el condensador, el gas refrigerante cede el calor al exterior hasta que vuelve a su estado líquido nuevamente.
- Expansión: el líquido llega a una válvula de expansión, donde tras perder por completo la presión vuelve al evaporador para iniciar nuevamente el proceso.
En el mercado, actualmente existen distintos tipos de bombas de calor, tanto modelos portátiles como fijos, en unidades que se instalan en la pared o en sistemas de split en exteriores, entre otros. Su coste más bajo puede comenzar en los 500 euros, aunque estos dispositivos también pueden superar los 1.500 euros dependiendo la potencia adquirida.
¿Cuánto gasta una bomba de calor?
En cuanto a coste de su funcionamiento, debido a su eficiencia, pueden suponer un coste aproximado de 25 euros al mes en la factura de la luz. Definitivamente, estos pueden ahorrar energía con respecto a otros sistemas de climatización. Además gastan menos al tenerlas encendidas continuamente y evitar continuas paradas y arranques que van a provocar un mayor consumo energético al tener que volver a alcanzar la temperatura.
Lo mejor en este caso es reducir la temperatura ambiente a 17-18º, pero sin apagar la bomba de calor. Siempre es más conveniente que las paredes no se enfríen del todo, para lo que mantener el control de la temperatura con un termostato programado para temperaturas de día y de noche es fundamental.