"Son unas cuentas diseñadas para acompañar a los ciudadanos y transitar en un momento de dificultad provocado por la guerra". Así defendía la ministra de Hacienda los presupuestos del Gobierno de coalición para 2023. Unos números que contarán con un gran aliado: los ingresos. A pesar de la esperada ralentización del crecimiento el año que viene, tanto la recaudación de impuestos como la de las cotizaciones sociales registrarán niveles récord.
Es cierto que esta semana dos organismos (Banco de España y BBVA Research) han presentado un panorama de crecimiento económico mucho más comedido para el año que viene. El Ejecutivo basa sus cuentas en un avance del PIB del 2,1% en 2023 y los otros lo rebajan al 1,4% y el 1,0%, respectivamente. Suele ocurrir con muchos proyectos de presupuestos: se reprocha al Gobierno de turno por inflar demasiado el apartado del crecimiento y de ingresos para así poder justificar los aumentos de gasto que se han decidido.
Montero tira de hemeroteca ante estas críticas. "Como ministra de Hacienda he cumplido con las previsiones de ingresos en estos años. Algo que no ocurría con el Partido Popular. Somos muy prudentes". En el año 2021 los precios subieron un 3% y la recaudación aumentó un 15%, ponía de ejemplo la ministra. "Ahora proyectamos un crecimiento de los ingresos del 6,6%. Es una cifra razonable que va a permitir holgura para determinadas partidas".
Lo cierto es que, aunque otros organismos planteen una desaceleración más fuerte el año que viene, todos coindicen en destacar la sorprendente buena marcha de la recaudación. Una parte se debe al efecto de la inflación porque sube de manera artificial los ingresos. Pero otra corresponde al crecimiento económico: el mercado laboral sigue resistiendo. Y se confía en que eso no cambie radicalmente: se espera que la tasa de paro siga disminuyendo hasta el 12,2% a finales de 2023. De hecho, el gasto en desempleo es una de las dos únicas partidas que cae respecto a este año.
"Llevamos diecisiete meses de crecimiento del empleo", recordaba Montero. La buena marcha de las cotizaciones sociales (las que pagan empresarios y trabajadores para sufragar las pensiones) obedece a esta dinámica del mercado laboral, según el Gobierno. "Hemos subido el salario mínimo interprofesional (SMI) y hay cambios estructurales que hacen que el empleo que se crea es de mayor calidad", argumentaba la ministra.
También es igual de cierto que la propia subida salarial de trabajadores y de pensiones provocará un aumento de lo ingresos por el impuesto de la renta en un contexto de "menor creación de empleo", explica el proyecto de los Presupuestos.
Muchas medidas del plan anticrisis para hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania terminarán el próximo 31 de diciembre. El Gobierno da por sentado que habrá que plantear/prorrogar algunas medidas. Pero el coste de ellas queda fuera de las cuentas que se han presentado.
Los ingresos que se deriven del nuevo impuesto a las grandes fortunas que se quiere aprobar irán destinados exclusivamente a sufragar el coste de estas medidas. Esta medida no figura en los presupuestos. Sí lo hacen dos relacionadas con la situación de guerra:
La situación de crisis energética también retrasa una de las peticiones de la Comisión Europea al Gobierno español: aumento de la tributación de los carburantes. La idea queda totalmente descartada. "No es el momento de subir la fiscalidad cuando precisamente estamos bonificando su consumo". Montero admite, sin embargo, que la medida tiene sentido cuando llegue el momento adecuado.