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Un día después de que el Gobierno presentar unas cuentas para 2023 basadas en un crecimiento económico del 2,1%, el Banco de España ha actualizado su pronóstico alejándose bastante de esa cifra. El BdE ha reducido a la mitad su previsión de avance del PIB el año que viene hasta el 1,4%. "La desaceleración de la actividad global, la caída de la confianza, el aumento de la incertidumbre… Todo eso va a limitar el crecimiento", asegura en su último informe trimestral la entidad.
La vicepresidenta económica aseguraba que "por lo momento no había síntomas de desaceleración económica", pero los datos que maneja el Banco de España indican todo lo contrario: el menor crecimiento ya está aquí. En el tercer trimestre se espera que la economía crezca solo un 0,1% frente al avance del 1,5% del trimestre anterior. "Es una desaceleración significativa, pero todavía en terreno positivo", explican en el BdE.
¿Qué factores están presionando ya a la baja?
El único factor que contrarresta es el sector turismo. "Ha sido un verano que ha superado las expectativas. Esperábamos que continuara la recuperación de los flujos y llegar al 90% de los niveles prepandemia. Con los datos recientes pensamos que hemos llegado al 97%", explicaba Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística. "Sin embargo, a futuro se va a moderar este ritmo de recuperación por el menor poder adquisitivo del turista y porque la demanda embalsada ya no será tan elevada".
Las diferencias con el Gobierno respecto a las previsiones del año que viene entrarían dentro de lo "asumible". Un 2,1% frente a un 1,4% en un contexto de elevada incertidumbre "puede ser perfectamente válido", sostenía Gavilán.
Esta es una pregunta a la que el BdE no se atreve a contestar, dado el contexto. “De lo que estamos seguros es que la desaceleración se va a mantener en los próximos trimestres y solo a partir de la primavera de 2023 empezaremos a recuperar el vigor en el crecimiento”.
Traducido: se va a mantener la pérdida de dinamismo de la actividad económica que ya se observa en en el tercer trimestre de este año. No se espera una gran caída del PIB, en cualquier caso. Pero una recesión técnica, dos trimestres de crecimiento negativo, es algo que el supervisor no se atreve a vaticinar. "Otra gente se aventura a decir que va a pasar una u otra cosa. No es el nuestro caso", zanjaba Gavilán.
La revisión a la baja del crecimiento contrasta con la subida de las perspectivas de la inflación. "La perspectivas en cuanto a la evolución de los precios se han revisado nuevamente al alza, especialmente en el corto plazo", expone el BdE. Este año 2022 se espera terminar con una media de 8,7% frente al 7,2% que se pensaba en junio. Y en 2023, en el 5,6%. "Los precios van a seguir siendo elevados durante un tiempo y la clave para la reducción son los precios de la energía".
La entidad ha analizado el efecto que han tenido todas las medidas del Gobierno para tratar de contener la subida de la inflación. "Sin estas medidas, el IPC habría superado el 13% en el mes de agosto, tres décimas por encima del dato que se registró.
"En la medida en la que muchos factores van a a ir mejorando paulatinamente a partir de primavera de 2023, la economía va a recuperar un vigor creciente que se materializará en 2024. La vuelta a los niveles prepandemia no se materializará hasta ese momento.
Ese año puede ser la vuelta a la normalidad, si la crisis energética y la guerra en Ucrania lo permiten. La economía se prevé que crezca entonces al 2,9%, más de lo previsto antes. "En la medida en la que muchos factores van a a ir mejorando paulatinamente a partir de primavera de 2023, la economía va a recuperar un vigor creciente".
También para 2024 se espera que los precios vuelvan a niveles muchos más normales: la media será del 1,9%.