Los consumidores pueden luchar contra la subida de precios con algunas prácticas que les permitirían ahorrar dinero o recuperarlo si lo han abonado de forma incorrecta, entre ellas revisando los contratos de suministros del gas o la electricidad o las facturas de estos servicios. Precisamente hoy hemos conocido la subida del IPC de septiembre, que aunque se ha moderado, se sitúa en el 9%.
Con la revisión de las facturas se pueden detectar fallos en la energía contratada, reclamar cantidades que no deberían de haberse cobrado, regularizar facturaciones e incluso comprobar que no haya supuestas manipulaciones en el contador.
Estas son solo algunos de los consejos prácticos que ofrecen los expertos de Legálitas, adonde llegan de forma numerosa en las últimas semanas consultas sobre cuestiones que, a pesar de ser habituales durante todo el año, ahora son planteadas para buscar posibles errores o informarse de algunos derechos y reducir el impacto que tiene la inflación en la economía de muchas personas.
Otra de las recomendaciones de estos expertos sería la de chequear las cláusulas del contrato de alquiler porque las continuas subidas del IPC trae consigo, según los expertos, situaciones recurrentes en las que los caseros o arrendatarios quieren subir los alquileres a sus inquilinos.
Pero, los usuarios deben saber que la actualización de la renta anual no puede realizarse si el contrato de arrendamiento no contiene una cláusula que así lo determine. El propietario únicamente podría subir las mensualidades al arrendatario si ambas partes llegan a un acuerdo de actualización y esa renovación no podrá superar la variación porcentual del IPC.
Controlar la subida de los seguros: todos los seguros son prorrogables anualmente, tienen un año de duración y automáticamente se amplían por otro año más, pero si una compañía pretende modificar las condiciones del contrato y subir por ejemplo la prima debe saber que está obligada a comunicárselo al asegurado dos meses antes del vencimiento.
De esta forma, el usuario podrá decidir si quiere continuar o no pagando por esos servicios y, en todo caso, la subida debe estar justificada con alguna causa sólida.
Buscar posibles ayudas económicas: es una práctica muy común entre los más afectados por la subida de precios, que les vendría bien interesarse por subsidios para el alquiler de la vivienda, pensiones no contributivas o rentas para personas con riesgo de exclusión social como la renta mínima.
Los requisitos para solicitar una ayuda concreta deben buscarse a través de una página oficial. Los usuarios interesados deben estar pendiente de la convocatoria del subsidio, haciendo búsquedas en internet o llamando al organismo encargado de gestionarla. Por ejemplo, cada comunidad autónoma se encarga de tramitar las ayudas al alquiler para jóvenes, por lo que habría que ponerse en contacto con ella directamente para que indiquen la fecha de publicación o los plazos.
En caso de querer reclamar una ayuda desestimada, se deberá estar atento a la resolución denegatoria donde se indican los motivos del rechazo y los recursos existentes.