Sin el tope al gas, la factura de electricidad los dos últimos dos meses y medio habría sido mucho peor. Un análisis de EsadeEcPol ha construido este hipotético verano y ha llegado a la conclusión de que "el precio medio de la luz habría sido entre un 19% y un 30% más alto" de no existir la excepción ibérica. Para un hogar medio supone haber ahorrado unos 69 euros acumulados desde el pasado 15 de junio, según el estudio de Manuel Hidalgo, Ramón Mateo, Natalia Collado y Jorge Galindo.
Las cifras del estudio aplican solo a los hogares con tarifa regulada, alrededor de 10 millones de familias y pymes. El ahorro total derivado de la excepción ibérica se acercaría a los 700 millones de euros frente a los 2.300 millones que ha calculado el Gobierno. ¿A qué se debe esta enorme diferencia? "Medimos cosas diferentes. No tenemos claro si el ministerio incluye en esa cifra también la reducción de los peajes y del IVA", explica uno de los autores del estudio, Manuel Alejandro Hidalgo.
El cálculo de los 700 millones está en línea con otros estudios sobre el efecto de la excepción ibérica en los consumidores, destacan los investigadores de EsadeEcPol. "Es previsible que el ahorro sea mayor en los próximo meses porque en otoño la demanda es menor y se suele utilizar menos gas para generar electricidad", argumenta Hidalgo.
¿Podemos decir que ha funcionado la excepción ibérica? "Ha sido una medida con un impacto positivo porque ha reducido el precio de la factura", responde Ramón Mateo, coautor de la investigación. "También es cierto que había una expectativa general de que los precios iban a ser más bajos que antes de que entrara en vigor, y eso no ha ocurrido todavía".
El estreno del mecanismo coincidió con la llegada de una ola de calor histórica, otra sequía igual de legendaria y un precio del gas desatado en los mercados.
El estudio también analiza los dos efectos externos más importantes que ha tenido la medida:
Ambos efectos se observan claramente en los datos. La cuestión es: ¿Qué parte es atribuible al tope al gas? ¿Entran en juego otros factores? La respuesta de la investigación es positiva: hay más elementos que inciden.
Es cierto que los ciclos combinados han funcionado más tiempo: un 80% más si comparamos con un hipotético verano sin la excepción ibérica, calculan los investigadores. "Pero esto no quiere decir que se haya gastado un 80% más de gas", aclara Hidalgo. "Buena parte de la mayor actividad de los ciclos ha venido a suplir la caída de la cogeneración y un verano con muy poca energía hidráulica".
En el caso de la venta a Francia se produce en un contexto de parada forzosa de muchas centrales nucleares en este país. Es difícil sacar conclusiones sobre el aumento del envío de electricidad al país vecino. "Creo que sin el tope al gas, dado el contexto de Francia, veríamos niveles de exportación más o menos parecidos", explica Mateo. Si los países de la UE deciden aprobar un mecanismo parecido para reducir los precios de la luz, entonces se reducirá algo el incentivo a venir a comprar kilovatios a España: las diferencias entre ambos países no serán tan abultadas como ahora.
La investigación solo se centra en los hogares con tarifa regulada. ¿Y los que están en el mercado libre? "No lo hemos calculado porque es difícil tener acceso a los datos de esos contratos en tiempo real", contesta Mateo.
El problema es que estos consumidores han estado protegidos de las subidas de los últimos meses. Su sensación cuando han renovado es que la excepción ibérica les ha subido la factura. "Estos ciudadanos no han notado la crisis de los precios y ahora es como si se dieran un atracón", explica Hidalgo.
¿Están realmente peor por culpa del tope al gas? "Probablemente, no por el mismo efecto que vemos en los consumidores con tarifa regulada", responde Mateo. "Creo que si los precios este verano en el mercado mayorista hubieran sido como los que hemos visto en el resto de Europa, las presiones de las comercializadoras a la hora de actualizar los contratos al alza habrían sido mayores. ¿Cuánto? Eso no entramos a analizarlo".