Será la primera temporada en la que los viajes del Imserso recuperen la normalidad tras el covid. Pero lo harán con menos plazas que antes de la pandemia y con menos hoteles participando en la campaña. Y es que el encarecimiento de la energía y los alimentos junto a los mayores costes salariales hace inviable económicamente a muchos establecimientos acoger viajeros con los precios contratados.
El programa de Turismo para los mayores, cuyas ventas arrancan este jueves en diez comunidades (el martes lo hicieron en el resto), ofertaba inicialmente 816.029 plazas. Es el mismo número que el pasado año puesto que se ha prorrogado el contrato y suponía un 13% menos de las 938.000 de la temporada prepandemia. Aun así, ya se ha decidido incrementar la oferta para los destinos de interior con 28.442 nuevas plazas debido al aumento de la demanda de este segmento, y no se descarta hacer lo mismo con los destinos costeros en función de cómo vayan las ventas.
El número total de hoteles que participan en el programa se ha reducido, no solo respecto a la etapa precovid, sino en relación a la última temporada. Son 242, frente a 270. Y la caída se, al descenso, cercano al 40%, en los establecimientos de destinos de sol y playa. El motivo es que los hoteleros no tienen interés en trabajar en una campaña que, si nunca ha sido muy rentable, ahora les resulta ruinosa.
El Gobierno decidió este año prorrogar el contrato realizado para la temporada 20211/22 con el turoperador Mundiplan, adjudicatario del concurso para los destinos de costa peninsular y las islas. Esos contratos, que se realizaron por precios muy inferiores a los presupuestos base de licitación, ya fueron duramente criticados por el sector hotelero. Este año, con ellos congelados y con la inflación disparada, muchos establecimientos los consideran inasumibles.
“A un hotel de cuatro estrellas se le pagan 22 euros por persona y día. A cambio hay que dar todo el servicio de alojamiento, pensión completa en formato buffet agua y vino, wifi, animación... Si alguien es capaz de encontrar un hotel a esos precios en cualquier web de reservas que lo diga”, explica Nuria Montes, secretaria general de la Asociación Empresarial Hotelera de la Comunidad Valenciana (Hosbec).
Frente a esos 22 euros que los hoteles reciben por cada visitante del Imserso, un informe encargado por la patronal hotelera a la Universidad de Alicante ya estimaba el pasado año que coste mínimo por persona para los establecimientos se situaba en el entorno de los 28 euros. Con una inflación que el pasado mes de agosto se situó en el 10,5%, esa brecha entre costes e ingresos se ha hecho insalvable para muchos de estos negocios, que tenían en los viajes del Imserso una vía para reducir el impacto de la estacionalidad de la temporada turística.
“Desde el pasado año el encarecimiento del coste de personal, junto al de la alimentación y las bebidas, que es una de las partidas más importantes y que ha subido un 25%, y el de la factura energética, ha llevado ese coste mínimo unitario hasta los 34 euros. Supone una diferencia del 50% con lo que se recibe y esto ha provocado que muchos hoteles no hayan podido continuar”, dice Montes.
En el caso de la Comunidad Valenciana, el Ejecutivo autonómico financiará con cinco millones de euros el programa del Imserso para ayudar a los hoteleros y hacerlo viable. “Aunque sigamos perdiendo dinero, preferimos el balance social y mantener el empleo durante todo el año. No le podemos decir a un trabajador que cerramos el 15 de octubre y se va a ir al paro hasta marzo. No queremos tener que despedir a las plantillas”, reiteran desde Hosbec.
Pese a todo, en muchas otras zonas turísticas, la situación ha llevado a numerosos hoteles a optar por los cierres durante el otoño y el invierno en vez de sumarse a la campaña del Imserso. En Baleares, de los 35 hoteles que participaron el pasado año, este solo lo harán 20. En Andalucía, se pasará de 44 a 24, y en Cataluña, de 38 a 21. Por lo que respecta a las Canarias, la oferta hotelera se ha reducido de 36 establecimientos a 14.
Frente a la queja del sector hotelero, desde el Imserso, su director general defiende que esta temporada el organismo no tenía capacidad de maniobra para tocar los precios que se contrataron con las UTEs (Mundiplan, para los pliegos de las zonas costeras y Avoris, para los viajes de interior), justo cuando el sector estaba tratando de salir del bache de la pandemia.
Así, Luis Alberto Barriga, asegura entender la preocupación de los hoteleros por el aumento de la inflación, pero asegura que los plazos hacían imposible convocar un nuevo concurso que permitiera incrementar los precios.
“La inflación se ha disparado desde el mes de marzo con la invasión de Ucrania y no nos ha quedado otra que prorrogar los contratos que tenemos, y la ley de contratos del sector público no permite la revisión de precios. Y, en todo caso, serían los precios que cobran las UTE, no las que estas marcan con los hoteles, en los que nosotros no intervenimos, ni conocemos, ni fijamos”, explica.
Además, remarca que tocar los precios llevando a cabo una nueva licitación hubiera supuesto, por los plazos que marca la ley, que los viajes no habrían podido arrancar hasta la primavera del 2023. “Eso implicaba prácticamente perder otra campaña, algo que tampoco se puede permitir ni el programa del Imserso ni el propio sector”.
Con todo, Barriga, se muestra satisfecho por la recuperación total del programa tras la pandemia (el pasado año se cubrieron 489.000 plazas, casi el 60% del total ya que la temporada arrancó en enero) y asegura que las cifras de los primeros días de ventas están siendo muy positivas. "Hay muchas ganas de volver a viajar, se ha demostrado que los viajes del Imserso son seguros y el número de reservas está siendo espectacular. Ojalá, podamos ampliar las plazas".